lunes, noviembre 25, 2024
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La Reserva Federal acercará los tipos al 0%

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Actualmente el costo real de los créditos interbancarios a corto plazo está en torno al 0,14%, pese a que el objetivo de la «Fed» está en el 1%.

La disparidad se debe a que los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac, intervenidos por el Gobierno, están dispuestos a prestar casi gratis, según aseguró James Hamilton, profesor de la Universidad de California.

Lo que esto significa es que para los bancos estadounidenses el dinero nunca ha estado más barato.

Muy diferente es la situación para los consumidores y las empresas, que se enfrentan a tasas altas, si es que siquiera hallan crédito.

Ante las convulsiones financieras, los bancos se dedican a acumular fondos y les horroriza dar un préstamo a alguien que pueda ser engullido por la ola de bancarrotas que sacude las costas estadounidenses.

Por ello, que la «Fed» baje su meta de intereses a corto plazo el martes tendrá poco efecto en la economía, según los expertos.

«Abaratar el dinero no ayuda mucho si los bancos simplemente no están dispuestos a prestar», dijo Eswar Prasad, ex director del departamento de Estudios Financieros del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Aún así, será un símbolo importante de que la Reserva Federal no escatimará esfuerzos para prevenir que la recesión que Estados Unidos sufre desde hace un año se convierta en una depresión.

La mayoría de los analistas apunta a que reducirá la tasa de referencia en 0,5 puntos porcentuales, mientras que un puñado habla de 0,75 puntos.

Prasad augura que si las cosas empeoran la Reserva bajará la meta oficial al 0% en su reunión de enero.

Deutsche Bank, sin embargo, dijo ayer en un análisis para sus clientes que la dejará en el 0,5% durante todo el 2009, puesto que un porcentaje menor recortaría la rentabilidad ya minúscula de las cuentas en el mercado monetario (money market), una fuente clave de financiación a corto plazo.

El miedo es que los ahorradores simplemente dejen su dinero debajo del colchón o quizá en cuentas corrientes, para no estropear los billetes al dormir.

La aversión al riesgo es tal que la semana pasada el Gobierno vendió Letras del Tesoro a 30 días con una rentabilidad del 0%.

En este contexto, lo que la Reserva haga con los intereses es «irrelevante», a juicio de Hamilton.

En su lugar, los analistas estarán atentos a una declaración de que el banco central intervendrá en la economía por todos medios heterodoxos. Es un camino que ya ha tomado, en vista de la gravedad de las circunstancias.

Actualmente presta a todo tipo de entidades, no sólo financieras, y controla American International Group (AIG), que llegó a ser la mayor aseguradora de EEUU antes de su hundimiento en septiembre.

No obstante, en las últimas semanas ha surgido un nuevo espectro: la deflación. En octubre el índice de precios al consumo (IPC) bajó un 1% y en noviembre el índice de precios de productor (IPP) disminuyó un 2,2%.

La deflación eleva las tasas de interés reales -las nominales más la caída de los precios-, y es tremendamente perjudicial para la economía, porque al bajar los precios los consumidores y empresas posponen sus compras, a la espera de más reducciones.

La Reserva Federal ha comenzado a ocuparse de ese riesgo con el aumento de la base monetaria, es decir, imprimiendo nuevos billetes verdes.

También ha sugerido al Congreso que le dé el poder para emitir sus propios bonos.

Eso colocaría una nueva flecha en su carcaj, en palabras de Bernanke, quien ha prometido que para combatir la crisis disparará sin miramientos.

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