El precio del dinero está en Gran Bretaña a su nivel más bajo desde 1951, después de que la semana pasada el Banco de Inglaterra recortara los tipos de interés de un 3 a un 2%.
Pese a ello, varios miembros del Gobierno dejaron claro este fin de semana que no se piensa intervenir en apoyo de la divisa británica. Según la secretaria de Estado para Europa, Caroline Flint, la depreciación de la libra no es un tema prioritario para el Gobierno.
Para la secretaria principal del Tesoro británico, Yvette Cooper, el apoyo a la moneda británica no figura entre los objetivos inmediatos del Gobierno.
El Gobierno laborista parece tener en mente lo ocurrido el 16 de septiembre 1992 cuando fracasaron estrepitosamente los intentos del Gobierno conservador de John Major de apuntalar la moneda, que fue expulsada del Mecanismo Europeo de Tasa de Cambio.
Flint explicó este fin de semana que la cooperación internacional, junto a la reanudación de los préstamos por la banca, son la mejor forma de revitalizar la economía británica, lo que servirá a su vez para restablecer la confianza en la libra esterlina.
«Hay que resolver antes esos temas, dijo la responsable de Europa en el Gobierno laborista, quien dijo confiar en que la libra vuelva a estabilizarse.
Fuentes del Partido Conservador dijeron al diario The Independent que «por mucho que el Gobierno diga que una divisa débil puede ser buena», todos los británicos van a sufrir a la larga sus consecuencias.
Por su parte, John Major señaló este fin de semana que el Gobierno se equivocaba al fiarlo todo al estímulo fiscal. «Lo que está haciendo el Gobierno es asegurar que nuestra recesión es más prolongada y profunda que otras», criticó el ex primer ministro conservador.
Algunos expertos de la City temen incluso que la libra, que hace un año valía 1,40 euros, caiga incluso por debajo del nivel de un euro. Hay quien incluso cree que el Gobierno británico no tendrá más remedio que adoptar el euro o por lo menos anclar el valor de la libra al de la moneda única si quiere impedir que siga cayendo.
«El euro se ha convertido en la favorita del mercado de divisas mientras que no hay confianza alguna en la libra», explica Martin Slaney, analista de GFT Global Markets.