El viceministro de Exteriores ruso señaló que las consultas, «como siempre con los estadounidenses sobre estos temas, fueron bastante complejas». Las conversaciones fueron «extremadamente francas», dijo Riabkov, quien subrayó en la reunión de este lunes que las partes se centraron en los «temas en que hay divergencias, que no son pocos». «Sin embargo, la utilidad de las consultas no nos suscita duda alguna», matizó.
Riabkov recalcó que el diálogo ruso-estadounidense continuará con la próxima Administración de Estados Unidos, que encabezará Barak Obama, y expresó su esperanza en que «aumentará la intensidad» de las negociaciones.
Rusia se opone a los planes estadounidenses de desplegar elementos de su escudo antimisiles en Polonia y la República Checa, por considerar que constituye una amenaza directa a su seguridad nacional.
El primer ministro ruso, Vladímir Putin, insistió recientemente en que los elementos estratégicos del escudo que Washington planea emplazar en Europa del Este van dirigidos contra Rusia.
«Ese proyecto está dirigido contra el potencial estratégico de Rusia y nosotros no podemos sino responder», aseguró Putin durante una conferencia internacional sobre asuntos humanitarios.
El contraataque ruso
Si Washington se replanteara el despliegue de su escudo en Europa, Putin señaló que Moscú renunciaría a los planes de emplazar cohetes tácticos Iskander en el enclave báltico de Kaliningrado.
Rusia considera que el radar que EEUU tiene previsto emplazar en territorio checo permitiría al Pentágono controlar las bases de misiles estratégicos situados en la parte europea de Rusia y los submarinos nucleares de la Flota del Norte.
Mientras, los misiles interceptores en suelo polaco podrían abatir cohetes rusos durante la fase inicial de lanzamiento.