Walsh insiste en que las conversaciones entre los responsables de su compañía y de Alitalia, que desde el pasado viernes ya es propiedad de la veintena de empresarios de la Compañía Aérea Italiana, CAI, por el momento, se centran sólo en un acuerdo comercial.
«Creemos que un acuerdo comercial es una alternativa absolutamente practicable. Además he hablado de este asunto con Rocco Sabelli (administrador delegado de la CAI) en un par de reuniones en las que le he ilustrado sobre los beneficios de un acuerdo alternativo a la participación empresarial», dice Walsh.
«Lo que nosotros ofrecemos es una colaboración creíble, que deje a la compañía italiana la posibilidad de decidir sobre su propio futuro de manera flexible», añade.
Preguntado insistentemente sobre la posibilidad de que British Airways se convierta en socio en el accionariado de Alitalia, que despegará el 12 de enero y que busca un compañero extranjero para el relanzamiento de la compañía, el directivo de la británica no descarta que «el acuerdo puede tomar otra dimensión» con el tiempo.
«Si nos encontramos frente a nuevos desarrollos y oportunidades, lo valoraremos», comenta Walsh, consejero delegado de una compañía que, según la prensa británica, ha visto cómo su relación con la española Iberia se ha tensado tras el anuncio de British Airways de una posible fusión con la australiana Qantas.
«No me interesa lo que han dicho los medios de comunicación recientemente. Puedo decir tranquilamente que hemos explicado por separado a Iberia y a Qantas que no vemos un acuerdo con ninguna de las dos compañías como un lugar de llegada», apunta Walsh.
«La estructura de control debe ser articulada. No podemos dar vida a una estructura que excluya otras posibilidades de consolidación», agrega.
El pasado día 6 el diario británico The Times publicó que no había sido muy bien recibida por parte de Iberia la noticia de que British Airways prepara una fusión con Qantas, toda vez que la española negocia su fusión con la británica.