El «modus operandi» de ambos asesinatos fue muy similar: un pistolero fue el encargado de tirotear a las víctimas, ninguna de ellas llevaba escolta, tenían costumbres rutinarias y los dos atentados se produjeron en torno a la una de la tarde y cerca de los domicilios de las víctimas.
En el caso de Ignacio Uría, la acción terrorista tuvo lugar cuando el empresario, de 71 años, había estacionado su coche en el aparcamiento situado junto al restaurante Kiruri, adonde acudía habitualmente a jugar una partida de cartas antes de ir a comer a su casa.
Uno de los dos terroristas que le esperaban en este lugar se bajó de un coche y le disparó tres tiros, dos de los cuales le impactaron en la cabeza y en el pecho.
Desde el lugar del atentado se divisa el conjunto monumental de la basílica de Loyola, construida en torno al lugar de nacimiento de Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús.
Fue precisamente en este escenario donde tuvieron lugar las conversaciones secretas entre el PNV el PSE/EE y Batasuna durante el fallido proceso de paz del 2006.
La Policía busca a los autores
Los autores del atentado perpetrado en Azpeitia (Guipúzcoa) serían dos varones de unos 30 años, que dispararon tres tiros contra el empresario Ignacio Uría, según ha informado el departamento vasco de Interior. Por su parte, según publica este jueves el diario El Mundo, un tercer etarra se habría quedado en el Alto de Itziar, a pocos kilómetros del atentado, vigilando al dueño del coche que robaron para trasladarse a Azpeitia y matar al empresario vasco.
Fuentes de la lucha antiterrorista han indicado que los dos terroristas se acercaron de frente a este empresario, uno de los responsables de la empresa Altuna y Uría, cuando había salido de la sede de esta compañía y se dirigía al restaurante Kiruri en el que, según Interior, comía habitualmente.
Comando itinerante
Por su parte, El Mundo publica que las primeras pesquisas señalan a un comando itinerante -con movilidad geográfica- que actuaría por todo el País Vasco, lo que ha hecho pensar en la posibilidad de que los asesinos de Uria también fueran los autores de la furgoneta bomba en la Universidad de Navarra, y del asesinato, con similar modus operandi, del ex concejal socialista Isaías Carrasco.
Según la declaración del amigo que acompañaba a Uria en el momento de su muerte, había dos hombres, uno de ellos el que disparó al empresario en la frente y en el pecho. No habla de la existencia de una tercera persona, que según la investigación, se habría quedado en el Alto de Itziar, a pocos kilómetros, vigilando al dueño del coche que robaron para trasladarse a Azpeitia y matar a Uria.
Fuentes de la investigación no descartan ninguna hipótesis a la espera de las declaraciones de los testigos, el estudio de los casquillos y los restos del coche utilizado en el atentado, y que los terroristas quemaron en el alto de Itziar para borrar cualquier huella o indicio que pudiera aportar datos sobre los autores.