«Hay una ansiedad en toda esa sociedad que se ha manifestado de esa manera», ha precisado.
Moratinos ha relacionado este estado de ánimo con la invasión de Irak en 2002, algo que, en su opinión, «empezó mal» y en un momento en el que los esfuerzos debían haberse concentrado en Afganistán.
«Se creó un nuevo enemigo, una nueva estrategia, y ha concluido con ese sentimiento de animadversión, de rechazo a lo occidental», que, a juicio del ministro, «no es bueno para el mundo» ni para Europa.
Moratinos también ha asegurado que las informaciones aparecidas en diversos medios sobre la posibilidad de que la cúpula de Barceló en la sede de la ONU en Ginebra estuviera desmoronándose son «un rumor» y ha indicado que el ingeniero jefe de la obra ha dicho que «está perfecta».
Según el ministro, lo importante de esta cúpula es «la imagen, la proyección de España» y el eco que ha tenido en todo el mundo, por lo que ha considerado que los españoles deben sentirse «orgullosos» porque «dentro de unos años la gente recordará, visitará, ensalzará la obra».