El presidente de BME reconoció que este año ha sido el peor de la historia del selectivo español, que cerrará 2008 con un retroceso de más del 40 por ciento, aunque «pierde menos que otros índices mundiales» como el Eurostoxx 50, el DAX de Fráncfort o el CAC de París.
Para el conjunto de las empresas cotizadas, indicó, la pérdida de capitalización se ha elevado hasta 338.000 millones de euros -o el 32 por ciento del Producto Interior Bruto-, lo que triplica su anterior mayor caída, en 2002.
También se refirió a la reducción de los dividendos, que si bien de enero a noviembre supusieron 26.825 millones de euros, el 15,7 por ciento más que en 2007, el importe iguala lo repartido entre 1990 y 1997.
Como dato positivo destacó la significativa presencia de pequeños inversores en la bolsa española, «muy superior a la media europea» pese a que ha descendido hasta el 20 por ciento -4 puntos porcentuales menos- respecto al año anterior.
En este sentido, Zoido reconoció que 2008 constituirá un punto de inflexión en el ahorro de las familias, que se reducirá por primera vez desde la década de los 90.
Hasta junio, los activos financieros de las familias españolas se elevaron a 1,8 billones de euros, el 5,8 por ciento menos que en 2007 y el 1 por ciento menos que en 2006.
No obstante, quiso destacar el aumento de la presencia de inversores extranjeros, hasta el 36,8 por ciento.
Por lo que respecta al contexto global, Zoido se mostró partidario de que las autoridades económicas aprovechen la «enorme movilización de instrumentos monetarios y fiscales» para acometer cambios estructurales que promuevan economías «más flexibles, robustas y competitivas».
Entre las iniciativas emprendidas este año por la Bolsa española Zoido se refirió al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) para pymes, un segmento especializado en el que podrían participar más de 5.300 compañías españolas que hasta ahora no se habían planteado cotizar en Bolsa debido a las características y procedimientos exigidos para ello.
Un año después de la entrada en vigor de la directiva de Mercados de Instrumentos Financieros de la Comisión Europea (MIFID), el balance es, según Zoido, positivo, aunque ha contribuido a «activar algunas alarmas».
En concreto, señala, algunas voces han denunciado que la calidad de la información financiera ha empeorado tras la entrada en vigor de la norma, pese a las oportunidades que ofrece para el desarrollo de nuevos productos y servicios.
Del balance del ejercicio el presidente de BME cree que cabe esperar la simplificación de los instrumentos financieros y el predominio de los mercados organizados.