Según el presidente del Gobierno, el Ejecutivo será «sensible y estará abierto» a las propuestas que los sindicatos hagan en el diálogo social en materia de cobertura por desempleo.
Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, destacó la necesidad de que CCOO y UGT se esfuercen en la unidad de acción para combatir la crisis económica y proteger los salarios y a los parados, ya que, según advirtió, el marco actual de protección por desempleo «ya es insuficiente» y debe mejorarse.
«Al igual que se ha protegido el sistema financiero se debe proteger a los más humildes y a los desempleados», afirmó, para después subrayar que ni él ni nadie sabe cuándo saldrá la economía española de su crisis, pero añadió que los sindicatos, en el diálogo social, sí pueden contribuir a definir de qué forma salir de esta situación, con otro modelo productivo, alejado del ladrillo.
El líder de UGT explicó que su sindicato se ha propuesto acometer una movilización informativa para explicar a los trabajadores el origen de la crisis económica y difundir sus propuestas a los trabajadores, y señaló que su organización quiere hacerlo desde la unidad de acción con CCOO. «Queremos compartir con vosotros esta iniciativa, una vez terminéis vuestro Congreso», enfatizó.
Méndez aseguró que en este camino aparecerán obstáculos, algunos procedentes de partidos políticos, que querrán canalizar sus propuestas a través de los sindicatos. En este sentido, y aunque no hizo una referencia expresa a la defensa de IU de que podrían darse condiciones para convocar una huelga general, el dirigente de UGT advirtió a las formaciones políticas que los sindicatos no están para cubrir sus «vacíos».
Durante su intervención, Méndez celebró la decisión del Parlamento Europeo de frenar «el atropello absurdo» que supone la directiva de las 65 horas para el Estado del Bienestar y el derecho a una jornada laboral digna, y atribuyó el bloqueo de esta norma a la «estrategia inteligente» que ha desarrollado la Confederación Europea de Sindicatos. En este punto, confió en que las negociaciones entre el Parlamento y la Comisión europea que ahora deberán mantener preserven los derechos de los trabajadores.
El secretario general de UGT acusó a Bruselas de querer sacar adelante esta iniciativa por su «complejo de inferioridad», su «falta de norte» en el proceso de construcción europea y su fascinación por Estados Unidos. Según denunció, Europa pretende seguir recurriendo a viejas recetas fracasadas y de ello, dijo, el último exponente ha sido el caso Madoff, que ha demostrado ser todo un «ladrón de guante blanco».