Para Zapatero, en esta crisis económica «profunda» no sería «ni justo ni eficaz» recortar derechos a los trabajadores y a los ciudadanos, ya que se pondría en «peligro» la cohesión social.
Por ello, dijo que «los que pretendan esa respuesta» no deben «llamar a la puerta del Gobierno» porque el «compromiso» y el «horizonte» del Ejecutivo es ampliar los derechos de los trabajadores y los ciudadanos, especialmente de los sectores más desfavorecidos.
Además, reiteró sus compromisos de, «bajo ningún concepto», utilizar el Fondo de Reserva -que alcanzará los 56.000 millones de euros- para «cualquier uso distinto al que fue concebido»; y de seguir aumentando el poder adquisitivo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) (600 euros en la actualidad) frente a los que proponen «siempre recetas conservadoras».
En materia de empleo, reiteró que su creación es «prioritaria» para el Gobierno y recordó, al respecto, que el Ejecutivo ha aprobado un plan para el estímulo de la economía y el empleo que movilizará 33.000 millones de euros, la «mayor» cifra de la democracia.
Este «esfuerzo» de movilización de recursos públicos se ha hecho bajo el marco renovado del Diálogo Social, que calificó Zapatero de «caja de bóveda» del desarrollo del programa económico y social del Gobierno.
IPC en el 1%
De las negociaciones bilaterales entre empresarios y sindicatos para renovar el Acuerdo de Negociación Colectiva, señaló que el Gobierno espera un «buen acuerdo», ya que en 2009 la previsión es que el IPC se sitúe en una tasa «hasta ahora desconocida: en torno al 1 por ciento».
Además de Zapatero, a la inauguración del Congreso de CCOO asistieron otros miembros del Gobierno: los ministros de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, y de Igualdad, Bibiana Aído, y el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado.
También estuvieron el líder de la oposición Mariano Rajoy, el vicesecretario del PSOE Pepe Blanco, la presidenta de UPyD Rosa Díez, el nuevo coordinador general de IU, Cayo Lara, y su predecesor Gaspar Llamazares.
Por parte de la CEOE asistió su secretario general José María Lacasa y el presidente de CEPYME, Jesús Bárcenas, y de UGT su secretario general, Cándido Méndez.
Fidalgo o Toxó
Ante ellos, Fidalgo valoró las medidas desgranadas por Zapatero para afrontar la crisis, pero puntualizó que «hubiéramos deseado más reflexión y menos compulsión. Más cocina y menos escaparate».
Según Fidalgo, esto ya se lo ha dicho a Zapatero personalmente porque los objetivos del sindicato son defender la protección de los «de abajo, el empleo de los que están en medio y demandar más esfuerzo responsable a los de arriba».
Así, reclamó que el trabajo esté en el «centro» de las preocupaciones y sea el objetivo general de todos.
Ahora, los 1.001 delegados que deben elegir al secretario general deben optar por la continuidad de Fidalgo (lleva en el cargo desde el 2000) o bien por el cambio que propone Toxo.
La votación será el viernes por la tarde, pero los dirigentes de las distintas corrientes -Agustín Moreno, de los Críticos, y Rodolfo Benito- ya se han pronunciado a favor de Toxo, que cada vez está más convencido de su victoria.
Este jueves está previsto que se vote el informe de gestión de Fidalgo durante los últimos cuatro años, lo que permitirá ir conociendo los apoyos con los que cuenta para la reelección en este IX Congreso, que se celebra bajo el lema «El trabajo en el centro de la sociedad. Más fuertes, más útiles».ECO