Aunque todos los intervinientes subrayaron la importancia del diálogo social en estos momentos de crisis, fueron numerosos los encontronazos entre unos y otros, y no sólo los protagonizados por patronal y sindicatos y entre el Gobierno y el PP.
El ministro de Trabajo reclamó a Montoro que el PP dé muestras de su intención de «ayudar al país» en lugar de criticar sin descanso al Gobierno, y lo haga desde mañana, apoyando en el Congreso el real decreto ley de medidas urgentes para el empleo. Unas medidas que Montoro calificó de «tirita», insuficiente para curar la «sangría» del desempleo que sufre España.
Gerardo Díaz Ferrán se llevó buena parte de las críticas, sobre todo cuando defendió su modelo de contrato único con un despido de 20 días por año como medida eficaz de creación de empleo.
Para Toxo, aunque esto no suponga un abaratamiento del despido sí encubre la intención de facilitar a los empresarios la rescisión de contratos, porque lo que la CEOE quiere es que «no haya tutela judicial» ni la posibilidad de que intervengan los sindicatos.
Mientras, Méndez advirtió de que quienes piden un abaratamiento del despido «atentan contra la confianza» de los trabajadores, cuando hay que hacer lo contrario, que es «inyectarla».
El presidente de la CEOE también se quejó de las «elevadas» cotizaciones sociales que pagan los empresarios y, ante su sugerencia de bajarlas, Corbacho le advirtió de que reducirlas cinco puntos supondría unos 20.000 millones menos de ingresos al año para la Seguridad Social. Toxo incluso consideró que con esta medida se acabaría con el Fondo de Reserva en cinco años y con todo el sistema en una década.
El ministro de Trabajo insistió por otra parte en que una reducción de los impuestos iría en detrimento de las políticas sociales. Corbacho insistió en que ahora es el momento de hacer un esfuerzo en el gasto público, en contra de la «austeridad» que una vez más reclamó Montoro.
Frente a tanto rifirrafe, el presidente de CEPYME reclamó hablar menos de política y más de los problemas que afectan a la «gente de la calle».
Bárcenas citó a los pequeños empresarios que cada día ve en los polígonos y que tratan no ya de crear más empleo, sino de mantener el que tienen, e insistió en que el principal problema de las empresas sigue siendo la falta de financiación.
Una queja a la que también se sumó Díaz Ferrán, para quien las medidas del Gobierno, incluidas las líneas del ICO, han llegado tarde y no han evitado la destrucción de numerosas empresas.
Corbacho, por su parte, reclamó al ICO y a las entidades financieras que en la concesión de estas líneas de crédito empiecen ya a coger la «velocidad» que les corresponde.
Este debate, el primero televisado de los protagonistas del diálogo social, finalizó con el firme compromiso de todos ellos de seguir manteniendo las negociaciones y el convencimiento de que España saldrá de esta crisis.
Un mensaje este último para el que también hubo diferencias: Corbacho pidió confianza e insistió en el compromiso del Gobierno para que esta crisis no la paguen los más débiles, mientras Montoro pidió a los ciudadanos que no se resignen a pesar de la política «del avestruz» del Gobierno.
Por su parte, Méndez y Toxo reclamaron que no se olviden por el camino los derechos de los trabajadores, mientras que Díaz Ferrán pidió más medidas «de calado» al Gobierno y Bárcenas recomendó aprender de los errores cometidos.