En 1969, Hughes sufrió otra pérdida terrible cuando la que era entonces su amante se quitó la vida y mató de paso a su hija soltando el gas en aparente imitación del método elegido por Plath. Ted Hughes hizo todo lo que pudo para proteger a los dos hijos que tuvo en su matrimonio con Plath del interés morboso de la figura de su madre, y no les reveló que se había suicidado hasta que llegaron a la adolescencia.
Nicholas Hughes siguió una carrera científica y, como dijo este domingo por la noche un amigo de la familia, tras conocer su muerte, «sería un error considerarle una figura inevitablemente trágica».
Era además un experto en ecología evolucionista interesado en el estudio de los peces de las corrientes y recorrió miles de millas por Alaska en viajes de investigación», agregó.
Poco antes de morir había renunciado a su puesto en la universidad para dedicarse a trabajos de alfarería.