El cordobés Joaquín Cortés, que no actúa en la capital desde hace dos años, resalta que, a pesar de que la acogida que ha recibido este miércoles por parte de los medios de comunicación le parece «triste, surrealista y un poco patética por la escasez de asistencia» a su rueda de prensa, el público de Madrid continúa «fiel» y concediéndole «un gran reconocimiento» como artista.
«La prensa en España no me recibe de la misma forma que el público. Si hoy estuviera presentando Calé en París, Moscú o Nueva York habrían venido doscientos medios, es evidente que en este país algo falla», apuntó el bailarín ante la escasa decena de medios de comunicación que han asistido a la convocatoria de su estreno en Madrid.
Sin embargo para el coreógrafo, que ha estado en Barcelona con este mismo espectáculo hasta el pasado día 15, la mejor valoración posible de su obra «es la que otorga el público». El bailarín, que presentará su espectáculo en seis únicas funciones en el teatro madrileño los días 1,2,3,4 y 5 de abril, recuerda su carrera profesional desde sus inicios con Cibayí -su primer gran éxito- hasta Soul,Life,Amor y odio y Mi soledad.
Entre bulerías y tangos
En el ecuador de su vida, según ha definido él mismo el momento que vive actualmente, este cordobés de 40 años es uno de los bailarines más internacionales del país, habiendo recorrido con sus obras los cinco continentes, en los que espera «recibir una buena acogida» con Calé, que significa «gitano» en su propia lengua.
Para ello se ha rodeado de un equipo de dieciséis músicos y diez bailarinas y ha creado una «gran escenografía» a base de flamenco en la que Cortés bailará, entre otros, a ritmo de bulerías, tangos, soleás y alegrías.
El estreno mundial del montaje tendrá lugar el próximo mes de mayo en Nueva York, donde el artista residió durante una larga temporada y entró en contacto con nuevas tendencias en el mundo de la danza y la música.