El ruido ambiente de lo banal tapa no pocas noticias y comentarios que merecerían más atención análisis. El ruido de los ministros cazadores y las cacerías políticas que emprende la oposición llenan las primeras páginas y la cháchara que inunda el éter.
Miguel Roca escribe semanalmente en La Vanguardia artículos interesantes y llenos de sentido común. Esta mañana se pregunta: ¿Qué haría un inversor con dudas entre uno u otro país si llegara a España y leyera: jueces en huelga, cacerías, espionaje, corrupción política…. Evidentemente saldría pitando en busca de otros territorios más sosegados y responsables.
Estos días el tema que ocupa a la gente seria por esos mundos de Dios es la estabilización del sistema financiero. Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania (entre los grandes) se preparan para una intervención decisiva de los bancos con problemas para darles la vuelta y volver a ponerles en la vía, aun a costa de que los tesoros de sus países tomen el mando de su capital.
El vicepresidente Solbes y el presidente del BBVA hablaron ayer en público sobre los bancos, en la misma longitud de onda, con recelo y rechazo de nacionalizaciones y apelación a los instrumentos que hoy están previstos y razonablemente experimentados. En España el Banco de España sabe como gestionar crisis, Solbes era el ministro responsable en el caso Banesto y entre los banqueros hay capacidades para esos trances.
El presidente del BBVA pide que se acierte a distinguir, que no todos los bancos son iguales ni merecen el mismo tratamiento. Reclama que se separe paja y grano, buenos y malos y que entren en juego los mecanismos previstos y conocidos. A Francisco González las nacionalizaciones bancarias clásicas no le parecen solución, antes hay procedimientos reglados para resolver problemas. En las jornadas sobre el sector convocadas por ABC el presidente del BBVA aprovechó para explicar la naturaleza de la actual crisis financiera y para poner en valor la figura del vicepresidente Solbes, al mismo tiempo que Rajoy, perdida la pieza del ministro de Justicia, la emprendía con el vicepresidente a cuenta de alguna ironía del vicepresidente mal entendida por el jefe de la oposición, mal dotado de sentido del humor.
El presidente del BBVA elogió el «equilibrio, la cordura y la experiencia del vicepresidente», en su presencia y ante un auditorio del sector y de los medios. Nada de eso aparece hoy en los medios, estos no son tiempos para el elogio, aquí se lleva la caza, aunque tenga mala prensa. Y con el mismo argumento de la prudencia se refirió a la política crediticia de las entidades financieras en estos momentos de incertidumbre y complejidad.
Solbes reclamó a los bancos transparencia y sinceridad, que pongan sobre la mesa los problemas y las pérdidas con objeto de actuar con urgencia y a fondo, para destacar que si hubiera que intervenir alguna entidad hay equipamiento para ello. El Banco de España dispone de instrumentos jurídicos y capacidad de actuación. Y también de recursos. Y González reclamó que las intervenciones públicas sean para poner en valor las entidades, apartar la mala gestión, y volver al carril los vagones averiados una vez reparados. Así se hizo antes con éxito y así puede repetirse.