Wagoner se convierte así en la primera baja del profundo plan de reestructuración que anunció ayer por el presidente estadounidense, Barack Obama para salvar el sector automovilístico.
El presidente saliente afirmó que su sucesor, con efecto inmediato, Fritz Henderson, «es una excelente elección para ser el próximo presidente ejecutivo de GM. Habiendo trabajado estrechamente con Fritz durante muchos años, sé que es la persona ideal».
En su comunicado, Wagoner informa también del nombramiento interino de un nuevo presidente no ejecutivo de la junta de administración, Kent Cresa, procedente de Northman Grumman Group.
El gigante estadounidense mantiene abiertas sus instalaciones gracias exclusivamente a los 13.400 millones de dólares prestados por Washington desde diciembre del 2008 y que ha advertido de que puede necesitar hasta 16.600 millones más en los próximos años.
Wagoner ocupaba la dirección de GM desde el 2000 y bajo su mandato General Motors ha dejado de ser el número 1 mundial del automóvil, puesto que ocupa ahora Toyota, y ha acumulado 82.000 millones de dólares de pérdidas sólo en los últimos tres años.
Wagoner también fue el responsable de la cancelación en el 2000 del vehículo EV1, el primer vehículo eléctrico diseñado para su venta masiva. Wagoner admitió años después que la cancelación del EV1 fue la peor decisión de su mandato.
Este martes, General Motors y Chrysler (que recibió 4.000 millones de dólares en préstamos públicos desde diciembre y ha solicitado otros 5.000 millones más) tienen que presentar al Departamento del Tesoro sus planes definitivos de reestructuración.
El Gobierno estadounidense ha dicho que sólo proporcionará más dinero a GM y Chrysler si considera que los planes son adecuados para garantizar la supervivencia a largo plazo de los fabricantes.