Las estadísticas del primer cuarto del año, cuando el PIB alcanzó los 6,57 billones de yuanes (727.000 millones de euros), muestran la peor cifra de crecimiento trimestral desde 1992, año en el que China comenzó a registrar este dato.
En el lado positivo, la cifra hecha pública este jueves muestra que la caída del crecimiento de la «locomotora china» está frenándose: entre el tercer y cuarto trimestre del 2008 la disminución fue de 2,1 puntos porcentuales, mientras que entre el último cuarto del pasado año y el primero del 2009 fue de sólo 7 décimas.
El portavoz del BNE aprovechó ese dato para señalar que «la economía nacional mostró cambios positivos y un comportamiento mejor del que se esperaba» y destacar que las provincias y regiones chinas «han puesto en práctica las políticas del Gobierno central para estimular la demanda y responder a los impactos de la crisis financiera internacional».
Por otro lado, el Índice de Precios al Consumo (IPC) también mostró los síntomas de la crisis y bajó un 1,2% en marzo con respecto al mismo mes del año pasado, frente al 1,6% registrado en febrero (y que fue su primera caída desde diciembre del 2002).
La bajada se produjo pese a que los precios de los alimentos, que equivalen a un tercio del índice, aumentaron un 0,5% en los tres primeros meses del año, mientras que la vivienda cayó un 1,1%.
Las ventas al por menor, uno de los índices que el Gobierno chino intenta estimular para hacer frente a la crisis, aumentaron un 15% en los tres primeros meses del año con respecto al mismo periodo del 2008, hasta los 2,93 billones de yuanes (428.000 millones de dólares, 325.000 millones de euros).
«Incrementar la demanda es incrementar el empleo, destacó al respecto el portavoz Li, quien no facilitó nuevos datos sobre el desempleo causado por la crisis en los últimos meses (unos 20 millones, según estadísticas hechas públicas en febrero).
El portavoz también señaló que la inversión en activos fijos de China alcanzó entre enero y marzo los 2,8 billones de yuanes (unos 311.000 millones de euros), un aumento del 28,8% con respecto al mismo trimestre del año pasado.
Dicha inversión creció más rápidamente en el sector primario (85%) que en el secundario y terciario (26,8 y 29,1%, respectivamente).
El comercio exterior, por otro lado, continuó su tendencia descendente, causada por la caída de la demanda internacional, y se redujo un 24,9% hasta los 428.700 millones de dólares (325.000 millones de euros), aunque las importaciones chinas bajaron más rápido (30,9%) que las exportaciones (19,7%).
Tras la publicación de las estadísticas, que muestran a China todavía no recuperada de los efectos de la crisis, continúan las expectativas ante la posibilidad de que el país asiático lance un plan de estímulo económico adicional al que ya está en marcha desde noviembre del 2008, de 4 billones de yuanes (unos 462.000 millones de euros).
Ante esta expectativa, el portavoz Li no confirmó planes futuros y únicamente subrayó que «el Gobierno chino sigue de cerca el desarrollo de los hechos con el fin de elaborar planes apropiados que aseguren un crecimiento estable y rápido».
Pese a que el primer ministro chino, Wen Jiabao, destacó en marzo que el país ha de crecer este año un 8% para mantener la creación de empleo y la estabilidad social, instituciones como el Banco Mundial o el Banco Asiático de Desarrollo estiman que el gigante asiático no logrará esa meta y crecerá únicamente entre un 6,5 y un 7%.
En el 2007 la economía china logró crecer un 13%, y en el 2008 un 9%, lo que le permitió en esos dos años adelantar en volumen de su PIB a Francia, Italia y Alemania, convirtiéndose en la tercera economía del mundo.