Por ejemplo, la economía de Alemania y Japón, muy dependientes de la exportación, caerá este año un 5,6 y un 6,2%, respectivamente, pronostica el Fondo.
Rusia reducirá un 6% su Producto Interior Bruto (PIB), y América Latina entrará en recesión en conjunto, incluidos los gigantes de la región, Brasil y México.
A Estados Unidos, el FMI le augura una contracción del 2,8% en el 2009 y un crecimiento nulo para el año que viene.
En los tres meses desde sus anteriores previsiones, las cosas han ido de mal en peor.
El último trimestre del 2008 la actividad económica cayó en los países avanzados un 7,5%, una cifra «sin precedentes, según el Fondo, que considera que los datos de enero a marzo no son mucho mejores.
El gran lastre que pesa sobre la economía mundial es la crisis del sistema financiero, que dura más que lo que el organismo multilateral había pensado.
«La prioridad mayor de la política en este momento es la reestructuración del sector financiero. Un avance convincente en este frente es la condición sine qua non para la recuperación económica, subraya el FMI en su informe.
El organismo considera que los bancos estadounidenses y europeos necesitan 875.000 millones de dólares para recuperar el nivel de capital de antes de la crisis y casi el doble si se elevan las exigencias de reservas.
Los gobiernos tendrán que intervenir, quieran o no, a juicio del Fondo, pese a las críticas de la opinión pública en muchos países por rescatar a los bancos que han hecho tambalear el sistema financiero mundial.
La visión del FMI para el 2010 tampoco es para echar campanas al vuelo. Pese a la gran magnitud de la recesión de este año, «el gato rebotado, como se conoce en el argot económico el efecto casi automático de repunte, saltará poco.
El Fondo prevé un crecimiento mundial en el 2010 del 1,9%, que considera «lento» en comparación con los parámetros de otras recuperaciones, y aventura esa baja cifra porque prevé que se mantendrán las «tensiones» acentuadas en los mercados financieros.
Sólo se disiparán una vez que los bancos asuman sus pérdidas y los gobiernos inyecten dinero fresco y los liberen de los activos «tóxicos» (incobrables) que hace que los inversores no quieran ahora acercarse a ellos por miedo al contagio.
«Incluso cuando termine la crisis, habrá un período de transición difícil, con crecimiento apreciablemente por debajo de las tasas vistas en el pasado reciente, predijo el Fondo.
Este año y el siguiente el crédito caerá en los países avanzados, y no se espera una recuperación rápida, pues las entidades financieras tendrán que elevar sus reservas.
La institución mantuvo su petición de que los gobiernos que se lo puedan permitir continúen, o incluso incrementen, el estímulo fiscal en el 2010, pero reconoció que en algunos países más gasto puede asustar a los inversores.
El Fondo aconsejó a las autoridades que ofrezcan una estrategia «de salida» que explique cómo el país volverá a la normalidad presupuestaria.
Los países desarrollados tendrán que acabar con déficit fiscales grandes, al mismo tiempo que el número de jubilados aumenta por el envejecimiento de la población, alertó el FMI.