El Fondo también se alinea con el banco central respecto al desempleo, al augurar la falta de trabajo para el 17,7% de la población activa en el 2009 y un 19,3% en el 2010.
El batacazo de la actividad económica acabará con todo atisbo de inflación este año, pues los precios se mantendrán sin cambios, según el Fondo.
De hecho, la tasa interanual de inflación registró en marzo la primera caída desde que se recopila información, al bajar una décima.
Eso ha levantado el espectro de la deflación, la cual frena el crecimiento al motivar a los consumidores que posterguen sus compras, en espera de que bajen aún más los precios, según los economistas. Para el 2010 el Fondo cree que los precios subierán un 0,9% en España.
A nivel europeo, «el riesgo de una deflación sostenida se ha incrementado, aunque es aún bajo, alertó el FMI, que recomendó al Banco Central Europeo (BCE) reducir aún más las tasas de interés para estimular el gasto.
Debilitada la demanda interna por el fin de la burbuja inmobiliaria, España tampoco puede confiar mucho en que la exportación a sus principales socios comerciales le saque del agujero.
El Fondo redujo las previsiones de crecimiento de toda Europa, en algunos casos de forma muy drástica. Alemania se contraerá un 5,6% este año, Francia un 3% e Italia un 4,4%.
En su conjunto, el PIB de la zona euro caerá un 4,2% este año y un 0,4% en el 2010.
Frente a este baremo, España no parece excesivamente mal parada, pero partía de un nivel de actividad mucho más enérgica que sus vecinos.
En el 2007 su economía se expandió un 3,7%, lo que significa que en el plazo de dos años su crecimiento disminuirá casi en 7 puntos porcentuales, si se cumplen las perspectivas del Fondo.
Desconfianza
El Fondo también constató el aumento «drástico» de las primas de riesgo de los bonos del Tesoro españoles, ante la desconfianza de los inversores por las obligaciones contraídas por el Gobierno para responder a la crisis.
El mayor costo de la deuda pública «limita las opciones fiscales futuras» de España, alertó el organismo.
En su informe, el FMI no ahorra críticas a Europa, a la que acusa de dormirse en los laureles mientras se fraguaba la crisis.
«Las políticas macroeconómicas respondieron lentamente» y la reacción instintiva de los gobiernos fue tomar medidas en solitario «que socavaron en lugar de fortalecer las intervenciones de otros países, afirmó.
El Fondo pidió al viejo continente que establezca mecanismos de ayuda mutua para socorrer a miembros de la Unión e «idealmente» también a países de Europa del Este que se asomen al abismo de la quiebra.
«Esto es esencial para evitar que un ajuste desordenado en un país pueda hundir a otros, advirtió.
Un peligro especial es una salida en desbandada de los bancos occidentales de Europa del Este, lo que haría imposible pagar la deuda a algunos de los gobiernos de esa zona e incluso a sus vecinos occidentales más vulnerables, según el FMI.
Japón
En el caso de Japón, los pronósticos del FMI auguran una contracción del 6,2% en 2009, frente a la anterior previsión del 2,6%, aunque el Fondo prevé que en el 2010 se sitúe entre los escasos países avanzados que registre crecimiento, al repuntar un 0,5%, una décima menos de la previsión de enero.
De este modo, la institución dirigida por Dominique Strauss-Kahn advierte de que, aunque se espera un repunte del crecimiento en el 2010, la tasa estimada del 1,9% se situará «muy por debajo del potencial» y reconoce que la estabilización financiera «llevará más tiempo del previsto».
«La línea de base apunta que las tensiones en los mercados maduros se mantendrán hasta bien avanzado 2010 y sólo mejorarán lentamente a partir de que se produzca una mayor clarificación sobre las pérdidas vinculadas a activos ‘tóxicos’, señala el informe, que advierte de que el proceso de eliminación de estos activos ‘tóxicos’ y de reducción del apalancamiento será «prolongado».