El también presidente de Ferrovial hizo referencia a la «enorme restricción del crédito bancario que dificulta la financiación de nuevas inversiones, hace casi imposible la refinanciación de los activos existentes y reduce la rotación de activos maduros porque no hay crédito para el comprador».
Sin embargo, añadió que en la actual crisis mundial todos los activos valen menos, por lo que la compañía «tiene que moverse para optimizar el valor de la compañía».
«No cabe duda de que la situación de los mercados no ayuda, pero la misma dificultad que hay para vender, es buena para comprar, dijo Del Pino, al tiempo que recordó que la estrategia de la compañía sigue siendo la de vender activos maduros para financiar la compra de nuevos.
Entre los nuevos proyectos, el consejero delegado de la compañía, Enrique Díaz-Rato, dijo que Cintra tiene identificadas oportunidades en Norteamérica y la Unión Europea, pero también en nuevos mercados que hasta el momento no habían sido objetivo de Cintra.
Díaz-Rato recordó que, tras refinanciar la R-4 y de la 407-ETR, no tiene ninguna otras refinanciación pendiente hasta mediados del 2010, cuando tendrá que negociar el crédito recibido por la autopista de la Costa del Sol.
En cuanto a las desinversiones, hizo referencia a la venta de su negocio de aparcamientos y de las autopistas chilenas, cuyo proceso está abierto aunque «no se está vendiendo con prisa» y que, una vez tengan las ofertas, decidirán si se vende y a quien.
La posible fusión entre Cintra y Ferrovial fue el motivo de todas las intervenciones de los accionistas, quienes calificaron la operación de «atraco legal» del que se beneficia solo Ferrovial, ya que habría hecho una «venta cara para después hacer una recompra barata».
Otro de los accionistas dijo que Ferrovial está «agazapado» esperando que baje la cotización para hacerse «por cuatro eurillos» con sus acciones en Cintra. «Quiero seguir siendo accionista de Cintra, aseguró uno de los minoritarios, quien afirmó que «no quiero vender mis acciones baratitas a los socios fundadores».
En este sentido, Del Pino respondió que una Comisión de Fusión, de la que forman parte únicamente los consejeros externos, estudiará el proceso de fusión y valorará los activos para llegar a una ecuación de canje «que sea razonable para ambas partes».