La decisión se produce después de que el consejo de administración de General Motors mantuviese reuniones durante todo el fin de semana para analizar la situación y los pasos a seguir en las próximas semanas.
El gobierno del presidente estadounidense, Barack Obama, había establecido que GM necesitaba reducir sus costes laborales, rebajar sus responsabilidades financieras y reestructurar su deuda para seguir recibiendo préstamos públicos.
Desde diciembre, General Motors ha recibido del Departamento del Tesoro unos 20.000 millones de euros en préstamos, lo que le ha permitido seguir operando. Además, el ahora el Gobierno estadounidense proporcionará otros 30.000 millones de dólares para que el fabricante complete su resstructuración.
En este sentido, el presidente de EEUU, Barack Obama, explicará en una intervención televisada a todo el país poco antes de las 12.00 hora local (a las 16.00 horas GMT) las razones que han llevado al colapso del fifante del automóvil y los motivos de la asistencia gubernamental.
Tras Obama, vendrá el turno de Henderson, que celebrará una rueda de prensa para detallar los pasos que dará la empresa mientras se encuentre sometida a las leyes de quiebra estadounidenses y bajo supervisión judicial.
Asimismo, el presidente del gigante del automóvil también anunciará la clausura en EEUU de 11 factorías y el cierre temporal de otras tres como parte del proceso de reorganización, lo que supondrá la eliminación de 21.000 puestos.
Obama tiene previsto poner como ejemplo de lo que le espera a General Motors el caso de Crhsyler, que se declaró en bancarrota el pasado 30 de abril por razones similares a las de GM.
En un mes, Chrysler ha conseguido solucionar gran parte de sus problemas legales y el periódico The Wall Street Journal dijo incluso que la empresa podría salir de la quiebra hoy mismo si el juez que supervisa sus actividades aprueba la venta de activos a Fiat.
Un alto funcionario de la administración Obama reconoció en la noche del domingo que la situación de General Motors es «más compleja» que la de Chrysler y que el proceso será más lento pero anticipó que la nueva GM podría estar funcionando en 60 o 90 días.
Acuerdo con algunos acreedores
A pesar del dramatismo de la medida, General Motors ha conseguido en las últimas horas que un grupo de acreedores que representan algo más del 50% de la deuda no asegurada acepte la última oferta del Tesoro, por la que podrían recibir hasta el 25% de la nueva GM que surja de la reestructuración.
En un documento presentado el pasado jueves ante la Comisión del Mercado de Valores (SEC) de EEUU, General Motors apuntó a que utilizará la sección 363(b) de la Ley de Quiebras.
Se prevé que GM plantee al tribunal un proceso rápido, similar al que está experimentando Chrysler, durante el cual el Gobierno estadounidense comprará los activos rentables y proporcionará unos 21.300 millones de euros para que la empresa siga funcionando en los próximos meses.
Los activos adquiridos por Washington serán la base de la nueva General Motors, cuyo capital estará repartido entre el Departamento del Tesoro (72,5%), el sindicato United Auto Workers (17,5%) y los acreedores (10%).
Los acreedores tendrán la garantía de poder adquirir con facilidad hasta un 25 por ciento de las acciones.