La compañía china, creada en el 2005 y que no cotiza en Bolsa, se dedica a la fabricación de vehículos especiales, como grúas y remolques, y a la producción de componentes estructurales para carreteras y puentes. También fabrica equipos de maquinaria pesada para la construcción y mantenimiento de carreteras y para la prospección petrolífera.
Zhao descartó que Tengzhong vaya a transformarse en fabricante de automóviles con esta adquisición y aseguró que continuará con su producción actual, mientras la de Hummer seguirá haciéndose en EEUU, por lo que la compañía china conservará 3.000 puestos de trabajo allí.
«Tengzhong va a fortalecer la investigación en nuevos productos», señaló Zhao, y puso como ejemplo «elevar la eficiencia de la gasolina» de los todoterrenos de Hummer.
La portavoz también aseguró que Tengzhong está «a favor» de abrir nuevos mercados y promover nuevos productos de la marca estadounidense en sus mercados actuales.
General Motors y Tengzhong anunciaron ayer en un comunicado conjunto que habían llegado a un acuerdo para la venta de Hummer a la firma china, después de meses de rumores sobre un posible comprador del gigante asiático.
El pasado mes de febrero, la prensa local apuntó a la posible adquisición de Hummer por el fabricante de automóviles Sichuan Auto, establecido en la misma provincia china que Tengzhong, aunque el productor de vehículos siempre desmintió su interés por la marca de todoterrenos de General Motors.
El fabricante estadounidense lleva meses intentando vender Hummer para aliviar su mala situación económica, que le llevó a declararse en bancarrota el pasado lunes.
Cierre de concesionarios
Por otra parte, ejecutivos de General Motors y Chrysler explicarán hoy en una audiencia ante el Senado de EEUU sus planes para el cierre de poco más de dos mil de sus concesionarios, tras declararse en quiebra para facilitar su reestructuración. La audiencia contará con la participación del principal ejecutivo de GM, Fritz Henderson, y del presidente de Chrysler, James Press, además de representantes de los concesionarios de algunas localidades.
La vista se producirá dos días después de que GM se acogiera al Capítulo 11 de la ley de bancarrotas de EEUU y que, en paralelo, un tribunal federal de Nueva York aprobara la venta de Chrysler a un grupo liderado por la firma italiana Fiat.
GM obtuvo el permiso del Tribunal de Bancarrotas de Nueva York para vender sus activos después de su colapsó por sus deudas, cifradas en 172.800 millones de dólares, y su inadecuación durante décadas a las demandas de los consumidores por vehículos más pequeños y eficientes.
En una carta enviada a Henderson y Press, los senadores Jay Rockefeller, demócrata, y Kay Bailey Hutchinson, republicana, indicaron que General Motors y Chrysler deben dar explicaciones sobre el corto plazo que han dado para el cierre de los concesionarios.
Pero, también quieren saber si las empresas han elaborado un plan para ayudar a las concesionarias a minimizar la pérdida de empleos y hacer frente a este difícil período de transición, según fuentes legislativas.
Al anunciar la bancarrota y reestructuración de GM el lunes, a la cual el Gobierno aportará 30.000 millones de dólares, el presidente Barack Obama dijo que su Administración no estará a cargo del día a día de las operaciones de la empresa, pues esa tarea le corresponde a la junta directiva.
El cierre de los concesionarios, que en el caso de GM podría totalizar 2.600 para el 2010, afectará a algunos medios de comunicación que dependen de la venta de anuncios a esas empresas.
Chrysler cuenta en la actualidad con 3.181 concesionarios, en comparación con los 4.320 del 2001, y la empresa se reserva el derecho de rechazar la renovación de contratos a 789 de sus concesionarios.
La Asociación Nacional de Concesionarios de Automóviles considera que un cierre «drástico» de los concesionarios, tal como prevé GM, perjudicará a esa empresa, a los consumidores y a la economía en general.