Recordó que la actual crisis financiera no hará que Bruselas rebaje los requisitos necesarios para entrar en la Eurozona, en referencia a los criterios de inflación y déficit presupuestario exigidos para adoptar la moneda única, que la mayoría de los países ex comunistas no pueden cumplir.
Entre ellos figura Polonia, donde la voluntad del Ejecutivo de que la moneda europea entre en circulación en 2012 choca con la dificultad por cumplir los ajustes económicos que contempla el sistema ER-II, en el que cada economía nacional tiene que adaptarse al sistema comunitario antes del cambio de divisa.
El comisario también informó de que la Comisión Europea (CE) está trabajando codo con codo con las autoridades letonas para frenar la caída de su economía.
A pesar de que Almunia defendió la estabilidad económica de la mayoría de países ex comunistas, el caso de Letonia es preocupante, ya que la crisis financiera está azotando con fuerza a esa pequeña república báltica.
Independiente de la Unión Soviética desde 1991 y miembro de la Unión Europea (UE) desde 2004, Letonia ha visto como su Producto Interior Bruto (PIB) se reducía un 18 por ciento en el primer trimestre de este año, mientras el riesgo de devaluación de su moneda se hace cada vez más evidente.
Almunia expresó su esperanza de que los problemas económicos letones no se extiendan a otros países vecinos, y subrayó la necesidad de que el Ejecutivo letón lleve a cabo profundas reformas económicas.
Bonos garantizados del BCE
El comisario europeo participó en un foro organizado por el Banco Nacional Polaco con motivo del vigésimo aniversario de las primeras elecciones parcialmente democráticas celebradas en este país tras la II Guerra Mundial, donde coincidió con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet.
En su intervención, Trichet señaló que el programa del BCE para hacerse con bonos garantizados en la Eurozona comenzará en julio, y se prevé que se desarrolle durante un periodo de doce meses.
Este movimiento implicará el desembolso de 60.000 millones de euros, con los que el Banco Central pretende devolver la confianza a los mercados financieros europeos.