El nuevo orden geográfico y la reconstrucción moral y material de los países vencedores y perdedores de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) laten detrás de una fotografía humanista, testimonial, educativa y de denuncia que tiene en el pueblo llano a su principal protagonista, y que también recorre países asiáticos y americanos.
El lema de la exposición ahora recuperada, «Magnum’s first», alude a la primera comparecencia colectiva de la Agencia Magnum, hace más de medio siglo y de la que también formaron parte Inge Morath, Werner Bischof, Ernst Haas, Jean Marquis, Erich Lessing y Marc Riboud, todos fallecidos menos los tres últimos.
La mirada humanista y los primeros planos constituyen dos de los rasgos característicos de Magnum -fundada en 1947 en régimen de cooperativa por un grupo de reporteros de guerra- que pueden observarse dentro de esta galería gráfica compuesta de 83 fotografías, según explica la comisaria, Diana Saldaña.
Homenaje a Capa y a Bischof
«El rostro del tiempo», como así se denominó la muestra en 1955, fue pensada para una itinerancia por varias ciudades austríacas, entre ellas Viena, Insbruck y Linz, «seguramente como homenaje a Capa (1913-1954) y a Bischof (1916-1954), fallecidos un año antes, y para dar a conocer a las nuevas incorporaciones de la Agencia», añade Saldaña.
La elección de Austria se debió, según la comisaria, a que tres de los reporteros habían nacido en ese país: Inge Morath (1923-2002), Ernst Haas (1921-1986) y Erich Lessing (1923), pero la itinerancia se truncó dos años después como demuestra el hallazgo de esas imágenes en dos maletas de madera, hace unos pocos años, dentro del sótano de la sede del Instituto Francés en Insbruck (Austria).
Las maletas y las etiquetas de los envíos postales a las ciudades donde se expuso «El rostro del tiempo» también pueden contemplarse en «Magnum’s first», que permanecerá abierta hasta el 12 de julio en la capital vallisoletana.
Destaca entre las series expuestas el contraste entre la burguesía londinense, ajena a la miseria y a los estragos de la guerra, que captó Inge Morath, y la penuria que en forma de niños y campesinos retrataron en Hungría y en Dalmacia Jean Marquis (1926) y Marc Riboud (1923), respectivamente.
Bischof, por su parte, puso el ojo en sociedades más apegadas a usos y costumbres tradicionales como las de Camboya, Japón y Perú, mientras que Haas apela también al contraste con un reportaje sobre el rodaje en Egipto de la película Tierra de faraones, con cientos de extras y monumentales decorados. Cartier-Bresson (1908-2004), en un estremecedor e histórico documento, retrató en Delhi (India) al líder espiritual y pacifista Mahatma Gandhi, un día antes de su fallecimiento en enero de 1948, así como su incineración y exequias.
«Magnum’s first», con oficinas en Nueva York, París, Tokio y Londres, se organizó en régimen de cooperativa no sólo para salvaguardar los derechos de su trabajo con fines económicos, sino para garantizar el rigor, la honestidad y profesionalidad en su quehacer, que ha fraguado como el testimonio o crónica gráfica de algunos de los acontecimientos más importantes del siglo XX.