La muestra, que inauguraron este jueves el Rey Juan Carlos y el Príncipe Aga Khan en las salas de exposiciones de CaixaForum Madrid, pretende además de acercar al público objetos artísticos de gran belleza, la mayoría de ellos nunca exhibidos en España, subsanar el gran desconocimiento que existe con respecto al islám.
El recorrido permite descubrir una época en la que cristianos, judíos y musulmanes convivieron y compartieron una aventura intelectual y espiritual, que en España tuvo a Toledo como principal centro de esta civilización pluralista.
Todas las piezas de la exposición, que posteriormente de exhibirá en Barcelona, proceden de la colección de la Fundación Cultural Aga Khan (AKTC) y formarán parte del futuro Museo Aga Khan en Toronto (Canadá), señaló durante la presentación Luis Monreal, director de AKTC, que estuvo acompañado por el director general de la Fundación LaCaixa, Jaime Lanaspa. Monreal resaltó el interés del Aga Khan por dar a conocer mejor al mundo occidental el Islám, mundo abierto y plural, desde muchos puntos de vista.
La huella de Al Ándalus
La muestra forma parte de un programa de exposiciones itinerantes que comenzó en el año 2007 y que ha recorrido diferentes ciudades del mundo. En cada una de sus sedes tiene un contenido distinto «y en esta hemos querido destacar la huella de Al Ándalus». El recorrido se ha planteado con criterios cronológicos, a excepción de un apartado en el que se profundiza en la «La fe coránica», con espacios dedicados a El Corán, la peregrinación y la plegaria y el misticismo.
En este apartado se exhiben diferentes ediciones del Corán procedentes de distintos lugares así como un plano de la gran mezquita de La Meca, del siglo XVIII, manuscritos poéticos y un tejido que contiene la totalidad del texto coránico. «Al-Andalus: Oriente en Occidente» es el punto inicial de La ruta de los viajeros que muestra la exposición y en él se exhiben objetos procedentes de la Península Ibérica y del Magreb.
Entre estos destaca un astrolabio hecho en Toledo en el siglo XIV, «pieza rarísima, epítome de las tres culturas con inscripciones en árabe, hebreo y latín», señala Luis Monreal, quien destacó también los tres alfardones con decoración geométrica del periodo nazarí, un lampadario del siglo X, fabricado durante el gobierno de los omeyas de Al-Andalus y un capitel del mismo periodo.
Egipto y Siria
El viaje continua en Egipto y Siria, apartado que a su vez se ha divido en espacios dedicados a «Los fatimíes» y «Los mamelucos», en los que se exhiben bellas piezas como azulejos, vigas, capiteles, joyas, monedas, botes de farmacia, tejidos o un curioso candelabro de bronce con inscripciones. «Anatolia y los otomanos» es la siguiente parada del viaje, con la exhibición de objetos fechados entre los siglos XV y XVIII, periodo en que los imperios que gobernaron Oriente Medio, el norte de África y la India alcanzaron un mayor poder.
Tanto el estilo artístico con inclinación hacia la ornamentación no figurativa, basada en motivos florales y vegetales, como la utilización por parte de los otomanos del retrato como forma de marcar su impronta están presentes en este espacio a través de pinturas, cerámicas o tapetes. El apartado «De Bagdad a Delhi» propone un paseo por Mesopotamia, el Irán antiguo y medieval, en el que se muestra una curiosa túnica masculina (siglo XIII o XIV), con espacios dedicados a los safavíes, los zandíes y los qayaríes.
La ruta de los viajeros finaliza en «La India y los mogules», apartado en el que se puede apreciar cómo la aventura del Islám en la India es muy similar a la de España. Los hindúes adoptan formas musulmanas y se produce un nuevo arte mudéjar.