Coincidiendo con la Feria del Libro de Madrid, el escritor Rafael Ábalos saca a la luz Grimpow y la bruja de la estirpe, la secuela de su anterior novela Grimpow. El camino invisible, en la que para arrebatar al protagonista la piedra de la inmortalidad, el inquisidor de Francia pedirá ayuda a una bruja muy especial.
El autor de esta exitosa novela juvenil ha sido elegido por la Internacional Reading Association Children’s Book Award de Estados Unidos como libro notable de 2008, lo que le convierte en el primer escritor español en recibir este galardón. Ábalos estuvo el miércoles en el Pabellón Infantil y Juvenil de «Constelación Libro» de la Feria del Libro, donde mantuvo un encuentro con jóvenes que se mostraron interesados en conocer las intrigas de su nueva obra y que demostraron sus conocimientos sobre los temas analizados en sus libros por el autor.
Hace más de tres años que se publicó Grimpow. El camino invisible y se convirtió en un éxito sin precedentes al conseguir que diez países la contrataran antes de que hubiera salido al mercado. Ahora ya se ha traducido a más de 25 lenguas distintas.
En esta ocasión, el joven protagonista es más poderoso que nunca gracias a la piedra de la inmortalidad. Por eso, el rey, temeroso de morir después de la maldición que le lanzó el Maestre del Temple, ansía tener la piedra para poder ser inmortal y le pide a Búlvar de Góztell que se la traiga. Como no lo consigue, lo destituye de su misión y será Nogaret, el consejero del rey, quien se encargue de encontrar a Grimpow. Sin embargo, Góztell tiene otros planes: hace un año, durante un aquelarre de brujas, apresó a una muy especial.
Petición de los lectores
Rafael Ábalos, nacido en Archidona (Málaga), comenzó a escribir pronto novelas de aventuras y publicó en el sello Debate Bufo Soñador y El visitante del laberinto, aunque el mayor éxito de su carrera literaria lo cosechó con Grimpow. El autor asegura que cuando escribió la primera novela de esta saga no pensó que escribiría una segunda parte de su historia, sin embargo sus numerosos encuentros con jóvenes seguidores de Grimpow le hicieron cambiar de opinión, al considerar la mayoría de ellos que la obra dejaba el final muy abierto. Ábalos fue un buen lector durante la adolescencia y cuando fue un poco más mayor empezó a escribir novelas de aventuras.
«Antes de decidir que escribiría la continuación de mi querido Grimpow, la incertidumbre me acompañó durante unos días», afirma el escritor y añade que de nuevo comenzó a sentir las mismas sensaciones de sorpresa que había experimentado con El camino invisible: «Un personaje surgió de la nada para animarse a seguir la historia: era una bruja joven, de las que realmente existieron en la Edad Media, que me pedía a gritos un papel importante en la novela».
Ábalos considera que el enigma al que han de enfrentarse los protagonistas de su segunda novela tiene la suficiente entidad como para entusiasmar al lector, y reafirma su convencimiento de que, sin el apasionado lector, un libro sólo es «un montón de papel manchado de tinta».