El escritor colombiano William Ospina, con su obra El país de la canela, se impuso a otras 273 novelas de 21 países. Al leer el veredicto del jurado, alcanzado por unanimidad, la escritora argentina Graciela Maturo destacó la alta calidad de las obras presentadas y dijo del libro laureado que «se trata de una lectura interpretativa de los primeros viajes de los europeos por el continente con una fuerte proyección hacia el presente».
«Su excelencia literaria reside en una sólida estructuración de los capítulos y un sólido lenguaje», señaló, antes de destacar respecto a la obra «la ajustada eficacia narrativa así como su capacidad de atraer al lector». Es una obra «inspirada en discursos coloniales, los de Fernando González de Oviedo, admirado maestro del personaje narrador que no escatima crudezas en los aspectos mas criticables y brutales de la gesta hispánica sin caer en burdas simplificaciones», subrayó.
«Su mensaje supera dicotomías tales como hispanismo e indigenismo y abarca las contradicciones con espíritu humanista, y asienta una ética de respeto a la cultura del otro», agregó en la lectura del fallo.
Las otras seis obras finalistas fueron: La Ceiba de la memoria, de Roberto Burgos Cantor (Colombia), El profeta imperfecto, de Fernando Butazzoni (Uruguay), y Bolívar. Delirio y epopeya, de Víctor Paz Otero (Colombia). También Tratado del amor clandestino, de Francisco Proaño (Ecuador); Los ojos del huracán, de Berta Serra Manzanares (España), y La historia que me escribe, de Fernando Trías de Bes (España).
Una mirada de los hechos sin maniqueísmo
El pasado 3 de junio, al presentar en la Feria del Libro de Madrid El país de la canela, que aborda la conquista de América, Ospina declaró que con ella se propuso «recuperar la conciencia de los indígenas sobre lo que fue ese choque cultural». Ello, añadió, para arrojar una mirada más compleja de esos hechos sin «maniqueísmo».
Ospina adoptó en su novela la piel de un mestizo, hijo de un español y una indígena, para ofrecer la perspectiva de la conquista de América desde la sensibilidad de alguien que pertenece a los dos mundos.
El jurado que eligió la obra de Ospina estuvo presidido por la mexicana Elena Poniatowska y contó con la escritora argentina Gabriela Maturo, el ensayista venezolano Humberto Mata, el narrador cubano Miguel Barnet y el poeta venezolano Enrique Hernández De Jesús.
El 2 de agosto se hará la entrega oficial
Poniatowska, de 77 años y ganadora de la pasada edición con la novela El tren pasa primero, no acudió a la lectura del fallo debido a «problemas de salud», aunque participó en las deliberaciones «vía telefónica y a través del correo electrónico», informaron fuentes de la Fundación del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulos Gallegos (Celarg), organizadora del premio.
El 2 de agosto se celebrará la entrega oficial del galardón bienal, consistente en una medalla de oro y 100.000 euros, además de la publicación de la obra ganadora en una edición que circulará sólo en Venezuela. El premio fue creado en 1964 por el entonces presidente Raúl Leoni para honrar la obra de Gallegos, autor del clásico costumbrista Doña Bárbara y quien también fue jefe de Estado de Venezuela.
Entre otros galardonados con el premio, que cumple 45 años, están el peruano Mario Vargas Llosa, quien ganó la primera edición en 1967, el Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez, además del español Javier Marías, el también colombiano Fernando Vallejo y el mexicano Carlos Fuentes.