lunes, noviembre 25, 2024
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Un paseo por el barrio literario del Madrid del Siglo de Oro

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Concha de La Torre, guía turística de la visita, siempre comienza con esta afirmación el recorrido, ya que entiende que «lo que resulta más impactante de la ruta es descubrir lo que hay detrás de los sitios por donde se ha pasado mil veces». Como la Plaza Santa Ana, ahora tradicional lugar de ‘tapeo’ para madrileños y turistas donde antaño se estrenaron las más importantes obras de teatro español.

En concreto, en el corral de comedias del Príncipe -donde hoy se levanta el Teatro Español- y en el corral de comedias de la Cruz, derruido en el XIX. Según cuenta Concha en el recorrido, la devoción por el teatro de los madrileños era tal que cada corral tenía sus «hinchas»: los llamados ‘chorizos’ defendían las representaciones del Corral del Príncipe mientras que los ‘polacos’ hacían lo mismo con las de la Cruz.

Alrededor de los corrales comenzó a gestarse el Barrio de las Letras, donde no sólo acudieron a vivir los escritores para estar «cerca de su trabajo y de la competencia», sino a donde también se trasladaron los actores y actrices del XVII, que hicieron de él «el centro de la farándula».

La calle Huertas o la iglesia de San Sebastián

La iglesia de San Sebastián, otra parada de la ruta, puede presumir de haber albergado muchos de los eventos sociales más importantes del barrio: allí fueron bautizados Ramón de la Cruz, Moratín y Benvente, se casaron Becquer y Larra, y fueron lloradas las muertes de Cervantes, Lope de Vega y Espronceda. Además es sede, aún hoy, de la Cofradía de la Virgen de la Novena, que desde 1631 protege y ayuda a los actores españoles.

La calle Huertas, conocida por sus bares de copas, es una de las partes más exitosas de la ruta, ya que sobre su adoquinado, citas de Perez Galdós, Becquer o Espronceda, hace presentes a los autores en unas vías que hace tiempo transitaron.

«Es increíble la cantidad de veces que he pasado por aquí y nunca había caído en ellas», cuenta Mónica, una madrileña que se apuntó al recorrido por su «pasión por la literatura».

Al llegar a la calle Quevedo Concha habla de la rivalidad que existió entre éste poeta y su colega, Luis de Góngora, a quien Quevedo logró que desahuciaran por retrasos en el pago del alquiler con el fin de quedarse él con la vivienda. «Una placa te puede decir que aquí vivió Quevedo, pero no te cuenta cómo consiguió quedarse con un apartamento tan céntrico», comenta entre risas Mariano después de escuchar a la guía.

La visita termina frente a la casa de Cervantes, donde Concha cuenta, con cierto orgullo en los ojos, que en este barrio fue donde se imprimió la primera edición del Quijote. Y es este último dato el que finalmente descubre a los visitantes cómo eventos que fueron rutinarios de aquel Barrio de las Letras han resultado ser fundamentales para la literatura universal.

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