lunes, noviembre 25, 2024
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Comulga la niña con síndrome de Down a la que un párroco no quiso dar la primera comunión

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La historia de Carla comienza hace tres años, cuando Lidia llevó a su hija y a su hermano gemelo a la Iglesia de Sant Martí para que empezaran las clases de catequesis. En ese momento, el párroco de la Iglesia señaló que la niña no podría comenzar los cursos aún porque «tenía que madurar» y podría «entorpecer el desarrollo de la clase».

Los padres aceptaron la decisión del cura e intentaron llevar a su hija a las clases un año después. En esta ocasión, el párroco puso a prueba la capacidad de la niña: si se aprendía el padre nuestro en siete meses le daría el sacramento.

Meses más tarde, cuando Carla había conseguido superar el reto, el párroco cambió de decisión y, cuando la madre fue a confirmar la fecha de la ceremonia, se escudó en que «no era necesario» porque la niña, «al ser un ángel de Dios, no es una pecadora».

Al ver la reacción del cura, el hermano de Carla decidió no hacer la comunión en la parroquia del barrio, por lo que Lidia decidió cambiar e irse a otra. La madre buscó iglesias en la que permitieran a su hija comulgar pero, según ella, el capellán le aseguró que interferiría para que suspendieran la ceremonia.

«Discriminada y marginada»

Enfadados, los familiares acudieron al Arzobispado de Barcelona pero, según Lidia, allí les aseguraron que no podían desautorizar al párroco que tomó esa decisión.

Lidia consideró que, a pesar de sus intentos por «integrar» a Carla en la sociedad, hechos como este provocan que sea una persona «discriminada» y «marginada».

Por su parte, el párroco de la Iglesia de Sant Martí, Josep Lluís Moles, explicó que no quiso dar la primera comunión a Carla porque es un «ángel de Dios» al que se le borraron sus pecados en el bautizo y que no ha vuelto a pecar desde entonces.

Además, señaló que su grado de discapacidad es muy elevado y podría ponerse a «gritar» en la Iglesia. No obstante, se justifico al exponer que, «aplicando la caridad de Cristo», rectificó días después e invitó a Carla a comulgar, pero su madre no respondió a su invitación.

Prueba conseguida

Finalmente una iglesia de Badalona aceptó a Carla y este domingo pudo cumplir su deseo y comulgar como el resto de niños de su edad.

Lidia, que recordó que el cura le aseguró que «no hacía falta» que la menor recibiera la primera comunión porque era «un ángel de Dios», explicó que Carla estaba «muy contenta» por comulgar junto con su hermano gemelo.

Esta madre, que confesó sentirse orgullosa, quiso recomendar a todos los familiares de niños con problemas que se encuentren en su situación que «luchen hasta el final».

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