Musavi se autoproclamó ganador de los comicios presidenciales del pasado viernes poco después del cierre de los colegios y denunció un fraude masivo en favor de su rival, el actual presidente Mahmud Ahmadineyad, a quien el Ministerio de Interior le concedió el triunfo por mayoría absoluta. Desde entonces, Irán ha sido escenario de protestas y disturbios entre la oposición y las fuerzas de seguridad -apoyadas por milicianos islámicos o «Basij»- que han causado al menos siete muertos.
Según la cadena británica BBC, durante la noche de este martes fueron asaltadas por milicias «Basij» residencias universitarias de distintas ciudades del país, donde se produjeron arrestos y palizas a estudiantes. Este miércoles, según informó la misma cadena, fueron detenidos dos figuras partidarias de la reforma: el editor Saeed Laylaz y el periodista Hamid Reza Jalaipour.
Protestas
El martes, médicos y enfermeras del hospital adonde fueron llevadas las decenas de víctimas se manifestaron en contra del Gobierno. Igual hicieron barrenderos, comerciantes y otros muchos profesionales del país.
Horas después, miles de partidarios de Musavi se congregaron en el centro norte de Teherán a pesar de la prohibición de los autoridades, que también han vetado la presencia de los periodistas extranjeros en la calles de la capital. Durante más de un cuarto de hora, miles de iraníes se asomaron a ventanas, balcones y portales para testimoniar su descontento con una situación que ya unió a las población en los días previos a la revolución de 1979, que acabó con la autocracia del último Sha de Persia, Mohamed Reza Pahlevi.
Ante la tensión reinante, el Consejo de Guardianes -órgano que debe validar los resultados electorales- ha decidido realizar un recuento parcial de las urnas que presenten irregularidades, pero rechaza anular las elecciones, medida que la oposición considera insuficiente.
Ahmadineyad o Musavi, hostiles para Obama
La comunidad internacional ha mostrado su interés y preocupación por la situación que vive Irán tras las recientes elecciones presidenciales, celebradas el pasado viernes. Estados Unidos, Holanda, España, el Consejo de Resistencia Iraní y grupos de artistas, entre otros, han hecho públicas sus voces de preocupación acerca de la situación.
Este mismo martes, el presidente de EEUU, Barack Obama, dijo que deben ser los iraníes los que decidan quiénes serán sus líderes y se mostró preocupado por las revueltas que se han sucedido tras la victoria electoral del mandatario, Mahmud Ahmadineyad. Sin embargo, el presidente norteamericano está evitando mostrar una postura demasiado inclinada hacia la oposición iraní, y este miércoles afirmó que las diferencias entre Ahmadineyad y Musavi «pueden no ser tan grandes como se ha dicho». «Las diferencias entre Ahmadineyad y Musavi en términos de sus actuales políticas pueden no ser tan grandes como se ha dicho», declaró Obama en una entrevista a la cadena CNBC, que la difunde este miércoles en su página web.
Según el presidente estadounidense, «es importante entender que, de cualquiera forma, estamos tratando con un régimen en Irán que es hostil a Estados Unidos». «Tenemos un amplio interés en que no permitir que tengan poder nuclear y financien el terrorismo», añadió.
Sarkozy, «extremadamente» preocupado
A parte del líder norteamericano, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, aseguró que la situación es «extremadamente preocupante» en Irán y denunció «la reacción totalmente desproporcionada» del Gobierno iraní frente a los manifestantes que impugnan como fraudulentos los resultados de las elecciones presidenciales en el país.
Holanda también ha sido uno de los primeros países europeos en alertar sobre la situación en Irán. Holanda ha pedido a Irán que investigue un posible fraude electoral en los comicios presidenciales y solicita que se libere «de inmediato» a los manifestantes que han sido detenidos.