lunes, noviembre 25, 2024
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El universo esencial de la fotógrafa Annie Leibovitz llega a Madrid

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La exposición con las intantáneas que han hecho famosa a la fotógrafa Annie Leibovitz, organizada por la Comunidad de Madrid, llega a España tras su exhibición en Nueva York, París, Londres o Berlín y en ella se exhiben alrededor de 200 imágenes seleccionadas, desde Brad Pitt a Sarajevo. Entre ellas se encuentran la que constituyen la obra Vida de una fotógrafa. 1990-2005, el primer libro publicado en castellano de Annie Leibovitz (Connecticut, 1949), editado por Lunweg.

Este libro, con 480 páginas y textos de la fotógrafa, hace las veces de catálogo de la exposición, que ha sido concebida como un álbum de familia, una exposición integral y un diario personal de esta autora con un trabajo fundamental para las revistas Rolling Stone, Vanity Fair o Vogue y autora de influyentes campañas publicitarias.

Con la emblemática fotografía de Demmi Moore embarazada se inicia el recorrido por una galería de personajes como Brad Pitt, Johnny Depp con Kate Moss, Quentin Tarantino, Arnold Schwarzenegger, Cindy Crawford, Mikhail Baryshnikov y Rob Besserer, Mark Morris, Holly Hunter, Keith Richards, Mick Jagger, Michael Jordan o el gabinete de George W.Bush. Estas imágenes se alternan con las más íntimas y personales, con las que rinde homenaje a sus familiares y amigos. Las conmovedoras fotografías de la muerte de su padre aparecen junto a las de los nacimientos de sus tres hijas.

Acompañada por Esperanza Aguirre y como una gran estrella, rodeada de medios de comunicación, Leibovitz puso orden para que fotógrafos y cámaras de televisión pudieran realizar su trabajo. Muchos años de trabajo no han evitado que se apasione cuando habla de sus fotografías. Considerada como la fotógrafa viva más importante del momento y la mejor pagada, Annie Leibovitz ha ido explicando, entre una nube de periodistas, las imágenes exhibidas.

«Hacer fotos es como bailar»

Sus palabras y la exposición dan testimonio de la importancia que ha tenido para ella su relación con la escritora y ensayista Susan Sontag y por ello sus primeras palabras han sido para recordar anteriores viajes a España junto a ella. «Siempre que he venido he experimentado algo mágico. Para mí significa mucho estar otra vez aquí. Susan adoraba España y cuando venía no quería volver a casa» señaló y recordó sus trabajos con Pedro Almodóvar o con Penélope Cruz.

La fotógrafa declaró que este proyecto surgió cuando, tras la muerte de Susan Sontag, se puso a buscar fotografías suyas para hacer un libro de recuerdo. «Pensaba que no tenía fotos de ella y al descubrir todas estas imágenes me di cuenta de que ahí había una historia». Entonces se puso a trabajar a fondo en el libro. Una vez publicado, «decidimos mostrarlo en una exposición, en la que hemos reunido imágenes personales con trabajos por encargo sin ningún tipo de propósito. Son fotos que te apetece acercarte a ellas».

Ante la imagen de Demi Moore ha mencionado lo «bello y especial» que es estar embarazada, y en su parada frente a la de Mikhail Baryshnikov dijo que es «un artista extraordinario y un filántropo. Es una foto conmovedora en la que se recrea el movimiento. Hacer fotos es como bailar». La fotografía «te da licencia para explorar. No hay que hacer el trabajo porque te lo piden, sino porque te gusta». El contenido es más importante que la técnica, «me interesa hacer las cosas lo más sencillas posibles».

A pesar de ser una estrella de la fotografía, ha reconocido que «hay momentos en que sientes que puedes hacer cualquier cosa y otros que quieres matarte. Esas tensiones son la vida». Una de las fotografías más importantes, y una de sus preferidas, dijo ella misma, es la que le hizo a su madre para el libro Woman en 1997. «Es una imagen que pone muy alto el listón. Me gustaría hacer fotografías como esta todos los días, pero es muy difícil, es como capturar el alma».

«Crecí rodeada de fotos familiares y mi madre salía en todas sonriendo. Empecé a desconfiar de la sonrisa, me parecía una falsa apariencia. Hice una foto directa, clara, en la que mi madre aparentaba sus setenta años. Yo sabía que ella iba a verse vieja, pero a veces debemos enfrentarnos a nosotros mismos, a lo que somos». En su trabajo le gusta hablar con la gente a la que va a fotografiar. «Soy suficientemente mayor como para trabajar como me gusta», ha señalado, y ha considerado que la experiencia hace su trabajo más interesante. «Todavía me pongo nerviosa. Nunca voy a parar, nunca».

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