Así, Gallardón presentará el tercer y último título de la serie, cuyos predecesores –‘Los hombres que no amaban a las mujeres’ y ‘La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina’– han causado furor en todo el mundo.
«Si digo que me he leído la tercera parte mucha gente se va a morir de envidia, porque todo el mundo lo está deseando, y la respuesta es que sí porque la editorial me pidió que presentase el libro y estoy por decir que acepté como pretexto para que me mandasen las galeradas y poder leer la tercera parte de ‘Millenium’ porque no podía esperar a que saliese en las librerías», bromeó el primer edil.
El regidor explicó que si él también ha sido víctima de esta euforia generalizada por los libros del autor sueco, ya fallecido, es «por muchísimas razones», pero fundamentalmente por «la profunda defensa que se hace del Estado de Derecho en Suecia y que es perfectamente aplicable al resto del mundo occidental y de cualquier otra cultura».
«Ese escrupuloso respeto que se exige a todos los poderes públicos en cuanto a no vulnerar jamás cualquier norma constitucional que pueda significar un abuso de poder por parte de los gobiernos o los ciudadanos, que es una obsesión permanente en el escritor, me da la impresión de que es una magnífica lección de democracia», consideró Gallardón.
El primer edil apuntó que en esta novela, «aparte de la trama policiaca y de espionaje, hay una lección subsumida de que nadie, ni un político ni un policía ni un periodista, puede jamás vulnerar los derechos constitucionales ni exceder jamás los límites que la Constitución establece para todos».
Además, Gallardón destacó que, «pese a ser un libro tan local, escrito en Suecia y que cuenta una historia situada en un tiempo y espacio determinado, tiene la capacidad de seducir a millones de lectores con culturas distintas, que no participan del conocimiento del territorio en que se desarrolla, y el escritor consigue universalizar el interés del mismo de una forma que muy pocas novelas hacen».