domingo, noviembre 24, 2024
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La nueva Oreja de Van Gogh convence en su regreso a Madrid

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La renovación, no pudo ser más acertada. Pablo Benegas -guitarra-, Álvaro Fuentes -bajo-, Xabi San Martín -teclados-, y Haritz Garde -batería-, reclutaron a Leire Martínez -voz-, para cubrir el enorme hueco dejado por Montero. La apuesta, arriesgada, reportó un saldo más que positivo.

Una introducción de melodías electrónicas dio el pistoletazo de salida a un concierto que, como se encargó de recordar Martínez, poseía una gran carga emotiva: «Es nuestra primera actuación en Madrid desde que estamos juntos, y esperamos que haya muchas otras». El último trabajo discográfico de la formación vasca, A las cinco en el Astoria, capitalizó los primeros compases del espectáculo. La festiva Más dio paso a una sensual interpretación de Sola, acompañada por los felinos movimientos de Leire Martínez sobre el escenario.

Primera gran ovación de la noche

una de las canciones más aclamadas de la velada, enlazaba con La visita y Un cuento sobre el agua, mientras que Martínez recorría las tablas de un lado a otro como si le faltase espacio para expresar su volcánica energía. En ese momento sonaron los acordes de Cuídate, que derivaron en la primera gran ovación de la noche, después de que el patio de butacas se convirtiera en una masa de cabezas saltando al unísono.

Tras los primeros compases, plenos de vitalidad, llegó el turno para las composiciones más reposadas, con mención especial para esas Palabras para Paula que propiciaron uno de los instantes más íntimos de la función.

Poco duró la tranquilidad. El tiempo que tardó Paris en disparar la emotividad en la platea -muchas parejas se miraron embelesadas- y recargar las pilas de unos aficionados que, para entonces, ya se encontraban rendidos a los pies de este grupo que acumula más de siete millones de discos vendidos.

Tras Europa VII, decorada por una proyección sideral de lunas y estrellas, el concierto derivó en temas ya clásicos como Rosas, Deseos de cosas imposibles, o Jueves. Sin embargo, el éxtasis llegó con Pop, esa composición sobre una desgraciada reina musical que, con la batería de Haritz Garde retumbando en cada rincón del Palacio, puso a bailar a un público heterogéneo formado por personas de todas las edades.

y El último vals, temas ambos del último disco de LOVG, allanaron el camino para un fin de fiesta mayestático, en el que una lacrimógena Puedes contar conmigo dio la vez a 20 de enero y La playa, composición ésta que, entre aplausos y alabanzas del respetable, puso el punto y final a la actuación.

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