Sole Giménez inició su carrera en solitario con Ojalá, otro disco de versiones que fue, según confiesa, «un capricho» que se dio para hacer un homenaje a sus canciones con el reto de alejarse musicalmente del sonido de Presuntos Implicados, la banda a la que dio su voz durante veinte años.
Tras la disolución de la banda vino, hace poco más de un año, La felicidad, un álbum de canciones nuevas al que ahora suma este Dos gardenias, un trabajo que surge de una idea que «llevaba años paladeando» y en el que la cantante se zambulle en el latín jazz para revisitar y «dejar crecer solas bajo una nueva luz» canciones latinoamericanas que la emocionan.
«Lo que más me ha costado es elegir el repertorio», confiesa la cantante, que finalmente ha incluido en el álbum trece temas que recorren diversas etapas, compositores y países del continente americano.
Así ha vestido de latín jazz desde «Vivir sin aire», de Maná, «Todo se transforma», de Jorge Drexler, «A dios le pido», de Juanes, o «Rabo de nube», de Silvio Rodríguez, hasta clásicos como «Aguas de marzo», de Tom Jobim, «Dos gardenias», de Isolina Carrillo, «Esperaré», de Armando Manzanero, «Yo vengo a ofrecer mi corazón», de Fito Páez, «Gracias a la vida», de Violeta Parra, o «Toda una vida», de Osvaldo Farrés.
Sole Giménez quería que estos éxitos «sorprendieran» con nuevo sonido, el latín jazz, a los que han sido conducidos de una forma tan espontánea que fueron grabados en cuatro días, cuando estaba previsto hacerlo en diez.
No añora a Presuntos Implicados
«El latín jazz ha rondado cerca de todo lo que yo he hecho, pero ahora he dado un paso fuerte en esa dirección», cuenta esta cantante y compositora que asegura que «el mundo de la música no es ajeno a la sociedad en la que vive» y por eso «todavía hay gente que piensa que las mujeres no tenemos mucho que decir».
«En el mundo de la música clásica hay más mujeres, pero en el pop, el rock o el jazz, aunque hay más cantantes, aún cuesta encontrar instrumentistas mujeres», explica Sole Giménez, mientras asegura que no añora a Presuntos Implicados, de cuya vida guarda «maravillosos recuerdos» y que está «contenta» de sus pasos en solitario.
Le gustaría poder llevar este disco a su territorio, Latinoamérica, aunque, de momento, las presentaciones previstas la llevarán la semana que viene a Sidney, donde actuará en la inauguración de la nueva sede del Instituto Cervantes, y a otros eventos en España, como el prestigioso Festival de Jazz de San Javier (Murcia).
La piratería en internet
Se considera afortunada, aunque sabe que, como el resto de los músicos, su trabajo atraviesa un periodo de incertidumbre por la crisis que ha creado en la venta de discos las descargas ilegales en internet y el pirateo.
«Me gustaría ver una luz. Estoy asombrada porque Internet ha perjudicado muchas áreas culturales del país, desde la música o el cine a la prensa. Me sorprende que Internet sea el único sitio de la sociedad donde uno puede ser anónimo. En algún momento eso debe tener fin, seguramente haga falta una legislación fuerte».