En términos de caja -que computa los ingresos y los gastos cuando se efectúan, no cuando se comprometen- el Estado tuvo un saldo negativo de 19.102 millones de euros, frente al superávit de 3.185 millones de euros del mismo periodo del año anterior.
Los ingresos no financieros, que aportan datos tanto del Estado como de las entregas a cuenta de las administraciones territoriales, ascendieron 69.482 millones, el 15,7% menos que el pasado año.
Los impuestos directos se elevaron hasta los 34.276 millones, el 15,3% menos, con una disminución del IRPF del 14,6%, como consecuencia de la caída de las retenciones del trabajo, sobre todo, por la deducción de los 400 euros, y de la debilidad del mercado laboral.
Asimismo, el Impuesto de Sociedades descendió el 20,7%, aunque Ocaña señaló que en esta reducción «importante» ha de tenerse en cuenta la ampliación del plazo de presentación del primer pago fraccionado en 2008 hasta el 5 de mayo y la desaparición este año de la libertad de opción de pago al 18% de la última cuota líquida del impuesto.
La recaudación por IVA ascendió a 18.421 millones, el 30% menos, debido a la devolución mensual del IVA introducida este año, a los mayores aplazamientos contabilizados (1.800 millones) y a la disminución de los ingresos brutos de las empresas.
Según los cálculos de Hacienda, si no se hubieran tomado medidas el descenso del IRPF hubiera sido del 4,3%, el del IVA, el 15%, y el del Impuesto de Sociedades, el 29%.
Los ingresos por impuestos especiales supusieron 7.623 millones, el 4,4% menos, con una disminución del 20,2% del Impuesto sobre el Alcohol y bebidas derivadas y un descenso del 7% en el Impuesto sobre Hidrocarburos.
Asimismo, hasta finales de mayo el Estado tuvo una necesidad de endeudamiento de 50.451 millones, frente a la necesidad de endeudamiento de 746 millones del mismo periodo del año pasado.
Tras su intervención en la Comisión, Ocaña se mostró confiado en que el Gobierno conseguirá los «suficientes» apoyos al techo de gasto para los Presupuestos Generales del Estado de 2010, cuyo debate se celebrará el próximo jueves en el Congreso.
Ocaña subrayó que el déficit público no puede crecer más y que hay que hacer «lo que sea necesario» para reducirlo, ya que constituye una prioridad para el buen funcionamiento de la economía a corto plazo.
Durante el debate en la Comisión, el diputado del PP Vicente Martínez Pujalte acusó al Gobierno de no tener «ninguna voluntad» de cumplir con los compromisos presupuestarios y señaló que el déficit público es «uno de los cánceres más graves», por lo que reclamó reformas estructurales para corregirlo.
La diputada de CiU Inma Riera aseguró que la evolución de las cuentas públicas es un «reflejo de las medidas del Gobierno, la caída de la actividad económica y la política insuficiente de contención del gasto», frente a lo cual pidió austeridad y vigilar la efectividad de las medidas para evitar que el déficit se convierta en estructural.
Desde el PNV, Pedro Azpiazu pidió una reflexión sobre las reformas del sistema tributario y del gasto público.
Sin embargo, Francisco Fernández Marugán, del PSOE, ensalzó la labor del Ejecutivo ante la crisis y las medidas que ha ido tomando para combatirla.