El presidente del BCE, que se encontró arropado por el mundo financiero y económico español durante el encuentro organizado por el Foro Nueva Economía, dejó claro que la lección de la crisis es la necesidad de reforzar las finanzas y la economía para lo que se necesita un sistema más resistente y acelerar las reformas. Sólo se echó de menos a la nueva vicepresidenta económica, Elena Salgado, quien se encontraba de visita en el Reino Unido para tratar con su homólogo la posición de España en el G-20.
Trichet abogó por una respuesta atrevida y sólida de los países para superar la crisis, pero dejó muy clara la importancia de mantener el equilibrio entre las acciones que deben tomarse de forma inmediata y la obligación retornar a un camino sostenible en el tiempo. Así afirmó que desde el BCE su principal objetivo es devolver la confianza para tomar medidas que amplíen la solidez de las expectativas de las familias y de las empresas y volver a lograr de este modo «una prosperidad sostenible».
Pese a afirmar que, en Europa «estamos aún en una fase de decrecimiento, «la más profunda» que se ha desarrollado desde la II Guerra Mundial y que aunque se están viendo síntomas de recuperación, hay que estar alerta porque puede haber riesgos de que vuelva a surgir una crisis financiera.
Trichet hizo además un repaso sobre la economía española y sus años de bonanza y aseguró que se ha visto «muy afectada» por los riesgos del sector financiero a nivel global y por el importantísimo sector de la construcción en los años de crecimiento. Asimismo, señaló que durante años el fuerte incremento de la demanda doméstica condujo a una alta inflación, cuya persistencia y los costes laborales en comparación con la media de la zona euro durante los años de expansión afectaron a la competitividad española, «que tendrá que ser recuperada».
No hay margen para endeudarse más
En su opinión, las reformas estructurales son esenciales, pero deben ir en consonancia con una economía sostenible y de consolidación de las finanzas públicas, algo crucial no sólo en España sino también en toda la zona euro.
A este respecto no quiso manifestarse sobre si el nivel de endeudamiento de España es excesivo, pero advirtió de que hay que volver a la sostenibilidad de los sistemas. España dijo, «no tiene más margen para endeudarse, pero desgraciadamente afecta a muchas otras economías». Según el presidente del BCE, no sería positivo para las cuentas públicas españolas poner en marcha nuevas medidas que contribuyesen a agrandar el déficit público.
En cuanto a las medidas de los gobiernos para solventar la crisis, consideró que han sido esenciales pero advirtió que deberán explicar cómo van a reducir las medidas de estímulo fiscal, una vez que hayan tenido ya su efecto.
Sobre los tipos de interés, el presidente del BCE aseguró que desde octubre se han recortado los tipos en 325 puntos básicos, hasta dejarlos en el día de hoy en el 1%, un nivel «bajo», que según insistió en varias ocasiones, «creemos que es el adecuado».
Al encuentro han acudido personalidades como el Gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernandez Ordoñez; la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor; el presidente del BBVA, Franciso González; el ex vicepresidente económico, Pedro Solbes, con un aspecto muy relajado y el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferran.