«No hay todavía signos de recuperación visibles en la zona euro» y cuando llegue será lenta a causa del elevado desempleo, que llegará al 12,3% de media a fines de 2010, lo que afectará a los gastos del consumo, advirtió la organización.
La situación es similar para Japón, cuya economía se hundirá un 6,8% en 2009 de acuerdo con el nuevo informe (se auguraba un descalabro del 4,4% en marzo), aunque recuperará un 0,7% en 2010 (se calculaba un 0,4% hace tres meses).
Para Estados Unidos, los autores del estudio indicaron que hay «signos cada vez más numerosos» que apuntan a una recuperación que va a iniciarse en la segunda mitad de este año gracias al «esfuerzo extraordinario» de las autoridades.
La nota más alentadora la ponen las economías emergentes, y en particular China, con un PIB que subirá un 7,7% este año y un 9,3% en 2010 en lugar del 6,3% y el 8,5% del estudio de marzo.
Brasil no escapará a la regresión económica este año, puesto que ésta será del 0,8%, y no del 0,3% como se había previsto hace tres meses, pero en 2010 puede confiar en una sólida expansión del 4%, dos décimas más que lo apuntado en el estudio precedente.
Como resumen de lo anterior, la OCDE optó por ver el vaso medio lleno y destacó que por primera vez en dos años ha tenido que corregir más para mejor que para peor sus proyecciones económicas precedentes, aunque matiza que eso se debe a la evolución de los grandes países emergentes y Estados Unidos.
«Gracias a la acción firme para estimular nuestras economías, parece que hemos salido de lo peor de esta crisis», destacó el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, que sin embargo previno de que los próximos meses van a ser claves.
A ese respecto, insistió en que «tiene que haber un plan claro y creíble y una programación para poner fin a las medidas de emergencia conforme se confirme la recuperación», así como que es ahora cuando hay que establecer esas estrategias de salida de crisis «para prevenir nuevos riesgos en los años venideros».
El conocido como el «Club de los países desarrollados» considera que la situación de los mercados financieros no va a cambiar este año, y que sólo se normalizará en 2010, y eso sin excluir que puedan producir «nuevas turbulencias», ni que los mercados reaccionen negativamente al incremento de la deuda pública.
Pese a los elementos de esperanza, los autores del informe reconocen que uno de los puntos negros de las Perspectivas es el paro, que va a seguir aumentando, hasta llegar al 9,9% a fines de 2010 en el conjunto de la OCDE -el nivel más elevado desde la década de los años 70- y que una parte de ese desempleo se hará estructural.
Por eso estiman que «serán imprescindibles nuevas reformas» del mercado de trabajo para que los parados se mantengan en contacto con el mundo del empleo y estén preparados para los puestos que puedan surgir.
La OCDE pone el acento en que habrá que sacar las enseñanzas de la crisis para ver de qué forma las políticas macroeconómicas pueden evitar que en el futuro se produzcan nuevos fenómenos de sobrevaloración de activos que generen burbujas especulativas, y la manera de conservar un margen presupuestario para hacer frente a situaciones de crisis.