De hecho, explicó que los daños fueron generados por acciones «contrarias al interés social» de la inmobiliaria, como «la compra de activos para la reinversión en acciones» de la sociedad, por la adquisición de la compañía de centros comerciales Riofisa y por el «manejo de la autocartera durante 2007 para realizar determinadas inversiones que supusieron pérdidas».
El presidente de Inmobiliaria Colonial no quiso precisar más datos hasta que sea interpuesta la demanda, que se dirigirá a los antiguos consejeros pero «a ninguno en concreto».
Según informaron fuentes cercanas a la inmobiliaria, la compañía ha estudiado todas las operaciones llevadas a cabo por Portillo y el anterior órgano de gobierno para esclarecer si de alguna de ellas se pueden derivar consecuencias «legales y penales».
«Adquisición temeraria» a Riofisa
Las mismas fuentes explicaron que entre esas operaciones estaría «la adquisición temeraria» de la compañía de centros comerciales Riofisa por un importe «que triplicaba su valor».
Asimismo, señalaron que se analizarán las aportaciones de activos que se hicieron desde Inmocaral, compañía con la que Portillo acometió la compra de Colonial en 2006.
Luis Portillo fue el promotor de la fusión entre Inmocaral y Colonial, que culminó a principios de 2007 y de la que nació una compañía con un endeudamiento de 8.400 millones de euros, equivalente al 67 por ciento de sus activos.
Antes de que se cerrara dicha fusión, Portillo ya había embarcado a Colonial en la compra de Riofisa, sobre la que formuló una oferta por el cien por cien de su capital, por el que pagó 2.000 millones de euros en metálico.
Agobiado por la deuda contraída al comprar a crédito su participación en Colonial, Portillo terminó traspasando sus acciones de la inmobiliaria a sus bancos acreedores, que en abril de 2008 se hicieron con el control de la compañía al adquirir una participación conjunta del 23,8 por ciento.
Las siete entidades financieras, encabezadas por el Popular y La Caixa, mantuvieron un pacto de acción concertada en Colonial para que la empresa tuviera la estabilidad suficiente para completar con éxito la refinanciación de 7.000 millones de deuda.
El acuerdo de refinanciación incluía la venta de Riofisa, del 15 por ciento que poseía en el grupo FCC y de parte de su filial francesa Société Fonciere Lyonnaise (SFL), operaciones de las que sólo queda pendiente el traspaso de la filial de centros comerciales, que en este tiempo ha ido vendiendo alguno de sus activos.
En el primer trimestre del año Colonial obtuvo un beneficio neto atribuible de 1,4 millones de euros, frente al quebranto de 272,4 millones de un año antes, gracias a la venta de activos, principalmente suelo residencial, y al crédito fiscal con el que se compensaron las pérdidas antes de impuestos.