A la formación del nuevo Parlamento hay que añadir además la incertidumbre en torno a la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, pendiente de un segundo referéndum en Irlanda previsto para el 2 de octubre.
Lindblad explicó que las consecuencias y costes que puede implicar el nuevo tratado serán analizadas «en otoño».
En cualquier caso, este primer documento seguirá el procedimiento convencional, que prevé la aprobación en otoño por el Parlamento Europeo (PE) y, posteriormente, por los ministros de Economía y Finanzas en noviembre.
120.520 millones de euros
En su conjunto, el proyecto de presupuesto para 2010 asciende a 120.520 millones de euros en créditos de pago, cantidad que supone un incremento del 3,81% respecto al presupuesto de 2009 y, representa el 1,02% de la Renta Nacional Bruta de los Veintisiete.
Sin embargo, este aumento es inferior al anteproyecto de presupuesto que presentó la Comisión Europea (CE), que incluía un incremento del 5,36 %.
Respecto a los créditos para compromisos (dinero que se presupuesta pero que no se desembolsa necesariamente dentro del ejercicio), el documento aprobado este viernes incluye un montante total de 137.944 millones de euros.
Esta cantidad representa un incremento del 3,06% respecto al presupuesto del pasado año, pero es inferior a la propuesta del Ejecutivo comunitario (3,52%).
Agricultura, pesca y medioambiente, la mayor parte
La partida más voluminosa (en créditos de pago) es agricultura, pesca y medioambiente, con 57.600 millones de euros y una subida del 9,54% respecto al pasado año.
Relaciones exteriores
Por su parte, la mayor caída (-14,03%) corresponde a los fondos destinados a las Relaciones Exteriores de la Unión, en el que se invertirán 7.000 millones de euros.
En créditos de pago, las políticas de mejora de la competitividad y de cohesión económica y social recibirían 46.660 millones de euros, lo que supone un aumento del 1,44% respecto al presupuesto de 2009.
La presidencia sueca subrayó también la subida «considerable» en investigación y desarrollo, educación e infraestructuras, con el fin de hacer frente a la actual crisis económica y financiera.
Así, Lindblad sostuvo que en tiempos de crisis, los fondos deben ser gastados de forma «cautelosa» y en áreas que «estimulen el crecimiento y la prosperidad».
En cualquier caso, la propuesta, en su opinión, se caracteriza por «una disciplina presupuestaria sana».