Previamente a este encuentro, el Ministerio de Industria participó en una teleconferencia, convocada por el propio fabricante automovilístico estadounidense General Motors (GM), con el objetivo de aportar más detalles sobre su decisión de vender el 55% de su filial alemana Opel a Magna y su socio ruso Sberbank.
Según Santero, el mensaje lanzado por GM es que se ha inclinado por la oferta de Magna al ser ésta, en su opinión, la mejor opción para su filial, en contra de lo que opina el Gobierno español, con la escasa información de que dispone hasta la fecha.
El Ejecutivo considera que no es el mejor plan ni siquiera para la propia Opel y la decisión de trasladar la producción de la planta de Figueruelas (Zaragoza) a la original no son decisiones económicamente razonables.
Santero apuntó que, de seguir así, «presionaremos por varias vías y lo primero será comunicarlo a la Comisión Europea, para que nos diga que, efectivamente, el plan tiene sentido».
Además, el acuerdo de GM y Magna contempla la emisión de un informe por parte de un organismo independiente sobre la viabilidad económico del plan, añadió.
Impacto en Aragón
Como instrumentos de negociación que utilizará España para pedir que las decisiones que se tomen sean razonables, Santero citó el apoyo financiero del Ejecutivo y del Gobierno de Aragón al proyecto, así como el ahorro que proporcionarán los acuerdos entre los trabajadores (que tendrán una participación del 10%) y la compañía.
En cuanto a la manifestación convocado por el comité de empresa de Opel España para el próximo sábado 19 de septiembre, la secretaria general de Industria señaló que es legítima y necesaria para que Magna tome nota de la preocupación de los trabajadores y ofrezca condiciones más aceptables.