Se cumplieron las previsiones y el técnico barcelonista dejó en el banquillo a Busquets y a Iniesta, situando a Touré en el mediocentro y a Messi, Ibrahimovic y Henry en el ataque barcelonista. En el Inter tampoco hubo sorpresas y Eto’o estuvo acompañado en el ataque por el ex zaragocista Diego Milito.
Los italianos, con mimbres para tratar bien el balón con Sneijder y Motta en el centro del campo, intentaron disputarle la posesión al Barça. No sólo no lo consiguieron, sino que por ello dejaron muchos espacios en defensa que los de Guardiola estuvieron a punto de aprovechar en los primeros compases.
Las ocasiones del equipo que vistió de naranja no se hicieron esperar. Messi, con una gran jugada cuando se cumplía el primer minuto de juego, obligó a lucirse a Julio César. Un centro chut de Alves, un remate fuera de Ibrahimovic tras un gran control en el área y un cabezazo de Messi que detuvo el portero local dejaron claro el dominio inicial de los visitantes. Mientras, el campeón italiano sólo amagó con un lanzamiento alto de Maicon a los diez minutos.
El Inter adelantó líneas para dificultar la creación del juego del Barcelona y lo consiguió. Su achique de espacios y el hecho de que los de Guardiola también alinearan su zaga lejos de su guardameta comprimió el juego en pocos metros. Así, como si se tratara de un partido de fútbol sala, los jugadores se acumulaban en el centro y los fueras de juego se sucedían en los dos campos.
Al filo de la media hora, los italianos llegaron a dominar el choque tras fabricar dos ocasiones, un tiro de Diego Milito detenido por Valdés y un lanzamiento alto de Sneijder. Fue sólo un espejismo, ya que el Barça recuperó las riendas del choque y Keita y Messi tuvieron en sus botas el primer gol. El malí no supo aprovechar que Julio César estaba batido y remató fuera, mientras el argentino obligó a Julio César a demostrar que es el portero en mejor forma del mundo.
El empate sin goles al descanso hizo que se cumplieran las previsiones que apuntaban a un duelo igualado que sin embargo, el Barça merecía llevarse a los puntos merced a su buen comienzo En el duelo de reencuentros, por el momento, también se saldaba con una equis ya que ni el batallador Eto’o ni un Ibrahimovic eclipsado por Messi lograban ser protagonistas.
El sueco tuvo la oportunidad de marcar al rematar de primeras un gran pase de Xavi en los primeros compases de la segunda parte. No logró el gol, pero esta acción y una jugada de Henry con un pase de la muerte al que no llegó Messi permitieron al equipo de Guardiola enseñar sus galones.
El Inter intentaba mantener el balón, pero el talento del Barça en la distribución obligaba a los italianos a reconocerse inferiores y recurrir a los contragolpes. Xavi sacó la batuta y el cuadro catalán volvió a deleitar con su juego al primer toque. Con una acusada superioridad visitante, el equipo milanista recurrió al ‘catenaccio’, y no se sintió a disgusto. Incluso se permitió el lujo de crear una ocasión clara en el ecuador del segundo período con un potente lanzamiento de Stankovic.
Esta jugada no descentró al Barcelona, que continuó ejerciendo su rol de dominador y que no aceptó la descarada propuesta de su rival por el empate. Un remate alto de Alves a centro de Henry y un penalti no señalado por Wolfgang Stark por una mano clamorosa de Stankovic podrían haber hecho justicia, pero el partido se encaminaba irremediablamente hacia el final con la igualada más raquítica en el marcador.
La reaparición de Iniesta, que jugó los últimos minutos, fue lo más destacado de los últimos compases de un encuentro en el que el Barça no consiguió el triunfo que mereció pero demostró que es el máximo favorito para levantar este año de nuevo la Copa de Europa, y lo hizo en feudo de uno de los aspirantes a derrocarle. Si lo visto en el Giuseppe Meazza es sintomático, los interistas necesitarán un milagro.