El principal escollo que hay que salvar para el cierre de las negociaciones es relativo al número de horas que hay que integrar en la jornada laboral de lunes a viernes. Los sindicatos estiman que son 135, y la entidad que 143.
Además, los agentes sociales piden que estas horas se cumplan alargando la jornada laboral media hora todos los días, de ocho a tres y media, pero que, al menos, algunos viernes, las entidades cierren a las tres.
De salvarse finalmente estas distancias, se alcanzaría un acuerdo que supondría el cierre definitivo de las oficinas los sábados por la mañana, y que entraría en vigor a partir del próximo mes de octubre.