Las protestas se darán en paralelo a la cumbre del G20 entre el 24 y 25 de septiembre próximo en la que decenas de líderes de países industrializados y en vías de desarrollo analizarán formas de espolear la recuperación económica mundial.
El «Movimiento para el Rescate del Pueblo», por ejemplo, organizó este lunes una «marcha por los empleos» y una serie de foros en torno a los derechos básicos de los trabajadores y el fortalecimiento del movimiento laboral dentro y fuera de Estados Unidos.
En su página de internet, el grupo explica el propósito de sus protestas y un listado completo de todas las actividades durante la semana.
El diario Pittsburgh Tribune-Review dedicó este lunes un amplio artículo a la serie de protestas que, según sus cálculos, incluirá a grupos cívicos, estudiantiles, sindicales, religiosos, conservadores, y pacifistas de todo el país y contará con al menos una veintena de actos durante toda la semana.
Pete Shell, director del Centro Thomas Merton, dijo al diario que la mayoría de los activistas protagonizarán protestas ruidosas pero pacíficas, aunque la falta de permisos podría afectar el número global de los manifestantes.
Las autoridades «han estado negando permisos… y han estado sembrando el mito del manifestante violento», se quejó Shell, al argumentar que con esas acciones «ellos no quieren que la gente proteste contra el G20».
Agregó que su grupo ha destinado activistas que «guíen las protestas de tal manera que se eviten actos de violencia, y así atraigan al mayor número posible de manifestantes en el último día de la cumbre, el viernes próximo.