Según Méndez, Wall Street y la City de Londres son el «pulmón del funcionamiento de las economías de EEUU y Reino Unido», de modo que estos países «tendrán poco interés en establecer mecanismos de reforma financiera y regulación», que es lo que, a juicio del líder sindical, hace falta para salir de la crisis mundial.
Sin embargo, advirtió de que «los propósitos de enmienda» que hicieron públicos los líderes políticos mundiales y las entidades financieras «pueden quedar en nada», a pesar de que éstos mostraron «expresiones de consternación y preocupación» por la crisis.
«En la reunión del G20, si no hay un cambio brusco, al final puede quedar con cuatro retoques de la situación financiera mundial», alertó Méndez, que insistió en que «un país por sí solo no puede reconducir la situación».
No obstante, confió en que el G20 «tome determinaciones y por lo menos sirva para poner freno a la reproducción de hechos que eran escandalosos antes de la crisis, y que ahora lo son el doble por la crisis», refiriéndose en concreto al cobro de bonos por parte de los directivos de las entidades financieras.
Al respecto, Méndez pidió que «se restrinja el cobro de emolumentos desorbitantes» por parte de los directivos financieros, ya que «son coautores de la crisis» y, a pesar de ello, «ganan cuantías escandalosas y cobran bonos».