Desfiles del más alto nivel, como el de Karl Lagerfeld, Ungaro o Costume National, ‘show rooms’ de lujo como el de Paule Ka, y prometedores pabellones en alguno de los mejores salones de creadores del mundo, como la firma española The Avant, en Atmosphère’s, hicieron hoy vibrar el universo de la moda en París.
La quinta jornada de las colecciones Prêt-à-Porter para la primavera-verano 2010 fue la elegida por Ungaro para el debut de un tándem inédito, formado por la modista española Estrella Archs y la actriz y cantante estadounidense Lindsay Lohan.
Delgada y morena, vestida de negro, la nueva directora artística de la firma, formada en las mejores escuelas de diseño de Barcelona y Londres, salió a recibir los aplausos del público al término del desfile.
Iba de la mano de la también nueva consejera artística de Ungaro, la también delgada Lindsay Lohan, hoy rubia y vestida de blanco.
Llevaban ambas sus respectivas melenas ondeando libremente, en contraste con las colas de caballo trenzadas de sus maniquíes.
Sus vertiginosas minis, portadas sobre zapatos de altísimo tacón, estaban en perfecta armonía con la colección que acababan de presentar, juvenil, audaz, hecha de minifaldas, minivestidos, miniboleros, siempre sobre tacones de alturas igualmente increíbles.
Rosas, fucsias, azules, turquesas, blancos o negros, los conjuntos Arch-Ungaro-Lohan fueron ante todo monocolores o bicolores, con algunos raros estampados rayados o con corazones.
El corazón promete ser clave en la futura primavera-verano Ungaro, estampado, bordado de lentejuelas rojas o insinuado, en faldas drapeadas, chaquetas cortas y vestidos de escote palabra de honor.
Más matinal, Kar Lagerfeld abrió la jornada con una hermosa colección recibida y despedida en los jardines de las Tullerías por una severa protesta contra el uso de la piel y las matanzas inútiles de animales indefensos.
No hubo, sin embargo, piel alguna en la colección mostrada hoy por el gran modisto alemán, donde el ‘short’, ancho y muy estructurado, y desde luego mini, fue la prenda clave, junto con minivestidos blancos, negros o grises, también muy construidos.
Con el genial septuagenario Karl Lagerfeld, que aparecía juvenil tocando la guitarra eléctrica en su cartón de invitación, el verano 2010 adquirió además matices metálicos, hasta convertir sus vestidos -siempre cortos- en verdaderas joyas plateadas.
Como no, hubo famosos, estrellas internacionales invitadas, venidas expresamente a aplaudir al maestro, como las cantantes Katy Perry y Rihanna, ambas vestidas ya de Karl Lagerfeld, o los miembros de las bandas The Misshapes y Neimo.
Por su parte, desde el Carrousel del Louvre, Costume National hizo gala de una sobriedad inesperada, en colores tierra, plata y ceniza, mientras la firma Paule Ka en la vecina rue Saint-Honoré exploró el negro en profundidad en su «show room» de lujo.
Además del negro y del color carne, otra estrella de su colección, utilizó ciertos toques de color muy vivo, rojo, verde o amarillo, siempre para crear vestidos cortos con juegos de transparencias, drapeados y asimetrías.
Todo ello fruto de una relectura de la alta costura de la década de los años 50 del siglo XX, «a través del minimalismo de la década de los años 90», en un intento de adaptarlo al gusto de hoy, según destacó el modisto de la firma, Serge Cajfinger que confesó haberse inspirado en las heroínas de las películas de Alfred Hitchcock.
En las cercanías del cuartel general de Paule Ka, el salón Atmosphère’s, uno de los más ‘chics’ de París, instalado en los jardines de las Tullerías, junto al museo del Louvre, rinde este año homenaje a dos países, Japón, con cerca de una treintena de marcas, y España, con siete, entre ellas The Avant.
La firma que defiende la diseñadora catalana Silvia García Presas, presente en selectas boutiques de Barcelona, Madrid, Milán y París, ocupa un lugar principal, justo a la entrada de la feria.
Allí muestra su trabajo sobre materias nobles como algodón, seda, satén, crepes, siempre muy finos, y la ausencia de costuras, en busca de vestidos que envuelven el cuerpo en una sola pieza, chaquetas con chal incorporado, modelos cortados al bies, o blusas de exquisita mezcla entre guipure y macramé.
Los colores son igualmente naturales, del negro y el blanco roto al beige, naranja, mandarina, orquídea-rosa palo o avellana, como el tema que inspiró la colección, bautizada «People is ready for green» (La gente está preparada para lo verde).