A diferencia de los parques temáticos de EEUU, Francia, Japón, y Hong Kong, esta muestra no presta tanta atención a los personajes y películas de la casa Disney sino a su creador que, según su familia, es un desconocido para el gran público. «Nos dimos cuenta de que mucha gente no sabía que había existido un Walt Disney porque su nombre se había convertido en una marca y aquellos que lo conocían tenían una imagen equivocada de él», dijo a Efe Diane Disney Miller, hija de Walt Disney, e impulsora del museo.
Disney Miller está convencida de que, tras visitar la exposición, la idea del público sobre su padre cambiará. «Verán la parte personal y se darán cuenta de que él era sobre todo un hombre de familia», señaló. Tras varios años de trabajo y una inversión de 110 millones de dólares, la familia Disney logró poner en marcha este museo para el que, como reconoce la hija del artista, han tenido que comprar material en manos de coleccionistas porque no tenían «casi nada en casa».
Uno de los principales genios del siglo XX
El resultado es una interesante muestra que repasa la vida de uno de los principales genios del siglo XX, con sus momentos de gloria y sus fracasos. Así, la exposición recuerda la quiebra del primer estudio de animación fundado por Disney en Kansas City, y sus problemas con los sindicatos cuando ya era un magnate del mundo del entretenimiento, «el peor momento de mi vida» en palabras del artista.
También puede verse en ella una colección de sus premios, incluidos los siete pequeños Óscars recibidos por «Blancanieves y los siete enanitos», y un viejo texto manuscrito por el creador de Mickey Mouse en el que hay faltas de ortografía. Abundan igualmente las fotos familiares, muchas tomadas por él mismo, y llaman la atención documentos como los dibujos de mujeres desnudas que la factoría Disney realizó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando sus trabajadores pusieron su talento a disposición del país y sus soldados.
«Él fue simplemente un chico de granja que se mudó a la ciudad y la hizo grande, muy grande», señaló Richard Benefield, director del museo, que insiste en que la idea es presentar a Disney como un artista innovador y no como un hombre de negocios. Aunque sus responsables señalan que está dirigido a toda la familia, el museo puede resultar algo aburrido para niños pequeños y atraerá posiblemente más a adultos a partir de 45 años que crecieron con las primeras películas de Disney.
La media de edad de los primeros visitantes que acudían este jueves a la apertura era más bien alta y podían verse muchas personas mayores vestidas con camisetas o gorras de Mickey Mouse. Los organizadores esperan una media de 450.000 asistentes anuales durante los primeros dos años. Para captar a los visitantes más jóvenes, especialmente en una zona tan concentrada en la tecnología como San Francisco, la muestra mezcla reliquias de la primera mitad del siglo XX con algunos de los últimos avances en el área.
Vídeos de alta definición que acompañan a las fotografías y pantallas táctiles permiten a los visitantes hojear documentos históricos, que normalmente solo podrían verse detrás de un cristal. El recorrido por la exposición termina con una recopilación de los mensajes de condolencia recibidos tras la muerte de Disney. Aunque la leyenda urbana dice que está criogenizado a la espera de una cura contra el cáncer, el dibujante y empresario falleció el 15 de diciembre de 1966, y cientos de periódicos publicaron ese día viñetas del Pato Donald, Mickey Mouse, y Pinocho, llorando la muerte de su creador.