La votación del debate de totalidad será una sola, ya que las cinco enmiendas tienen el mismo propósito -la devolución al Gobierno del proyecto de ley presupuestario- y por eso se votan en bloque.
Como ya se conoce el resultado, no debería haber sorpresas en este debate que comienza el martes, aunque sí servirá para repasar el estado de las negociaciones en materias específicas, como la política fiscal.
Y es que el Partido Socialista asegura que, pese al acuerdo con el PNV y CC, sigue dispuesto a acercamientos con las fuerzas de izquierda y los partidos minoritarios.
El pasado viernes, el portavoz de los socialistas en el Congreso, José Antonio Alonso, reconoció su intención de seguir negociando con estas formaciones políticas y admitió que el PSOE sigue viendo margen para modificaciones impositivas, aunque menos ambiciosas que las que proponen partidos como IU-ICV.
Como ejemplo, el mantenimiento de la deducción de 400 euros, que IU-ICV quiere que se haga para todas las rentas inferiores a 18.000 euros mientras el PSOE defiende dejarla para las rentas inferiores a 11.000 e ir haciéndola progresiva hasta los 15.000, pero no más allá.
Además, los partidos de izquierda insisten en que haya una mayor tributación para las rentas altas, tanto a través del tramo alto del IRPF como de las sociedades de inversión variable (SICAV), pero aún no han obtenido respuesta del PSOE en este sentido.
Alonso advirtió en cualquier caso de que en esta nueva fase de negociaciones espera de las formaciones de izquierda propuestas «realistas» que se puedan llevar a cabo.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, defenderá en el debate del martes el proyecto de ley presupuestario, que recoge una reducción del gasto público del 3,9% y contiene la polémica subida de impuestos con la que el Ejecutivo trata de buscar más ingresos para contener el déficit.
Un déficit que para el año que viene el Gobierno prevé que se sitúe en el 5,4% del PIB en el caso del Estado y en el 8,1% del PIB para el conjunto de las Administraciones Públicas.
Salgado volverá a presentar estos Presupuestos como instrumento para afrontar la crisis económica, aunque se encontrará con la crítica de toda la oposición parlamentaria, que rechaza la subida impositiva -sobre todo la del IVA, por entender que castiga a las clases medias- y censura varios capítulos del gasto, como la reducción de las partidas dedicadas a I+D+i.