«Los remedios pueden incluir, señalan los documentos, la transferencia de ‘slots’ (derechos de aterrizaje o despegue) aeroportuarios» a otras compañías, advierten los reguladores.
La ruta que más preocupa a Bruselas es la que une a Londres con Nueva York, en la que, según las autoridades, la proyectada fusión daría a BA y AA suficiente poder como para aumentar las tarifas de primera clase y turista.
También preocupan al regulador otras rutas como las de Londres a Dallas, Boston, Miami y Chicago y los enlaces Madrid-Miami y Madrid-Chicago, añade el periódico.
En el caso de la ruta entre Madrid y Miami, las autoridades desestiman la argumentación de Iberia de que estudiaría la posible eliminación de su enlace directo con esa ciudad de Florida de no prosperar la fusión.
«Iberia y AA han estado operando servicios directos en esta ruta desde 1997 sin que hubiese cooperación en profundidad alguna», señalan los reguladores europeos.
Las preocupaciones del regulador europeo están contenidas en una «declaración de objeciones» enviada hace tres semanas a las aerolíneas, a las que se dio un mes para contestar.
Las tres aerolíneas, englobadas en la alianza Oneworld, han solicitado también inmunidad «antitrust» (antimonopolio) al ministerio de Transportes de EEUU, como la que tienen ya sus rivales Star y Skyteam, lo que les permitiría coordinar tarifas y horarios sin temor a multas.
Iberia, BA y AA argumentan que los beneficios económicos que se derivarían de su fusión permitiría bajar las tarifas, coordinar mejor los horarios y lanzar nuevos servicios transatlánticos.
Quienes se oponen al proyecto sostienen que la proyectada fusión crearía un monopolio de hecho en el aeropuerto londinense de Heathrow.