Así, el déficit de la balanza comercial, la que mide el saldo entre importaciones y exportaciones, cayó el 54,03 por ciento hasta los 28.841,2 millones de euros, debido a la contracción notable de los flujos comerciales, con caídas de las exportaciones, el 19,8%, y especialmente de las importaciones, el 30,9%.
También se debió a la reducción del saldo negativo de los productos energéticos y, sobre todo, de los no energéticos.
Según el Banco de España, el resultado de la balanza por cuenta corriente, además, fue consecuencia, aunque en menor medida, de la disminución del déficit de la balanza de rentas y transferencias, así como a la caída del superávit de servicios.
El déficit de la balanza de transferencias -que contabiliza salidas, como las remesas de los inmigrantes, y entradas, como los fondos europeos- cayó el 12,77% hasta los 6.613,7 millones, en tanto que el de rentas, que recoge las entradas y salidas de rentas del trabajo y las de capital (como dividendos e intereses) disminuyó el 7,31% y alcanzó los 20.173,8 millones.
Por su parte, el superávit de la balanza de servicios, que refleja transacciones de este sector, como el turismo o la consultoría, fue de 17.647,4 millones, lo que supone un 5,36% menos en tasa interanual.
Este superávit se debió al saldo positivo del turismo y los viajes, que se redujo el 7,8% hasta 18.177,6 millones, y al menor déficit en otros servicios, que sumó 530,2 millones en los ocho primeros meses de 2009, frente a los 1.065,4 millones en el mismo periodo de 2008, el 50,23% menos.
Con respecto a la balanza de capital, que recoge las transferencias de capital y las de los activos no financieros y no producidos (como los derechos de autor o los terrenos) generó un superávit de 2.625,5 millones hasta agosto, el 41,07% menos.
El saldo agregado de las cuentas corriente y de capital supuso una necesidad de financiación de la economía española frente al exterior de 35.355,9 millones de euros, un 48,75% inferior al de los ocho primeros meses de 2008.