Las entidades gallegas deberán decidir esta semana, con fecha límite el miércoles, su futuro, que pasa bien por una fusión interna bien por abordar, por separado, una integración con cajas de otras comunidades a través de un sistema institucional de protección (SIP).
Las conversaciones, reactivadas con intensidad hace una semana por el apremio de la Xunta y el Banco de España, no derivaron aún en ningún acuerdo.
De este modo, Caixa Galicia reiteró su disposición a iniciar negociaciones formalmente para trabajar en una fusión con la caja que preside Julio Fernández Gayoso; mientras que Caixanova accedió a estudiar la viabilidad de tal operación, para lo que calcula un coste, según fuentes próximas, mayor al estimado en la auditoría de KPMG para la Xunta, que preveía pedir 1.190 millones de euros del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
La decisión deberá conocerse en los próximos días, pues el plazo fijado por el Banco de España es el último día del mes, para cuando -coincidiendo con el momento en que requerirá a las cajas que tengan aprobadas las cuentas auditadas de 2009-, quiere tener el diseño del futuro mapa financiero español.