El pleno del Tribunal Constitucional volverá a deliberar este jueves sobre los recursos presentados contra el Estatuto de Cataluña en un nuevo intento de aprobar antes del verano la sentencia, en cuyo borrador lleva trabajando varias semanas la presidenta María Emilia Casas.
Ésta asumió el pasado 19 de mayo la ponencia de la resolución después de la renuncia primero de la progresista Elisa Pérez Vera -que llegó a presentar al pleno cinco proyectos de sentencia, todos los cuales fueron rechazados- y luego del conservador Guillermo Jiménez, cuya propuesta tampoco recibió los respaldos necesarios.
En vista de la incapacidad de ambos sectores para suscitar el consenso imprescindible, la presidenta del Constitucional decidió asumir personalmente la tarea de redactar un nuevo borrador con el objetivo de desbloquear los debates y poder notificar la sentencia antes de que comience la precampaña de las elecciones catalanas previstas para el próximo otoño.
Sin embargo, el pasado martes, cuando el pleno se reunió para tratar los recursos presentados por la Generalitat y el Parlamento catalanes contra la negativa del Constitucional a declararse incompetente para resolver sobre el Estatut, los magistrados aún no conocían el nuevo borrador, ya que Casas seguía trabajando en él, por lo que difícilmente podría haber avances significativos este jueves.
Fuentes consultadas en el tribunal aseguran que el texto «se asemejará» a los de Pérez Vera, a los que la presidenta siempre dio su apoyo y que en su última versión anulaba una quincena de artículos del Estatut y condicionaba la constitucionalidad de otra veintena a la interpretación que se les diera en las leyes que deben desarrollar la norma estatutaria.
Ahora, Casas pretende «suavizar» los puntos que resultaron más polémicos en las propuestas anteriores, como el referido a la inclusión del término «nación» en el preámbulo, que hizo que el progresista Manuel Aragón se negara a sumar su voto al de sus compañeros de sector, abortando así la posibilidad de aprobar la sentencia.
Votación del texto «por bloques»
La solución que se baraja ahora es que el pleno acuerde una votación del texto «por bloques, ya sea capítulo a capítulo o artículo por artículo, alternativa sobre la que la ponente ya ha hablado con el resto de los magistrados, sin que ninguno se haya opuesto a ella.
Las fuentes consultadas admiten que una sentencia aprobada en esas condiciones perdería coherencia interna -ya que podría incluir partes aprobadas por una mayoría conservadora y otras sólo con los votos de los progresistas-, pero reconocen también que, hoy por hoy, es tal vez la única salida que le queda al Constitucional si quiere cerrar el capítulo del Estatut.
A la presión que supone tanto el tiempo que los recursos llevan en el tribunal, casi cuatro años, como la proximidad de las elecciones catalanas se ha sumado, además, la decisión del Senado de reactivar el proceso de renovación del Constitucional para designar a los cuatro magistrados -entre ellos la propia Casas- cuyos mandatos finalizaron en diciembre del 2007.
En ese contexto se enmarcan las peticiones de la Generalitat y del Parlamento de Cataluña para que el tribunal se declarara incompetente en el asunto del Estatut, resueltas por el Constitucional con un escueto «no ha lugar» que ha llevado al Gobierno catalán y a la Cámara autonómica a presentar varios recursos pidiendo una explicación más motivada.
El pasado martes, el pleno del Constitucional se reunió para examinar esos recursos y decidió tramitarlos, dando tres días a las partes -entre ellas al PP, el Defensor del Pueblo y las cinco Comunidades Autónomas que junto a los anteriores recurrieron el Estatut- para que presenten alegaciones.
El recurso, en cualquier caso, no tiene efectos suspensivos, por lo que en pura teoría el Constitucional podría aprobar este jueves la sentencia, aunque ni los más optimistas contemplan ese escenario en el tribunal, donde la opinión más extendida es que el pleno no aportará grandes novedades.