Las diferencias entre alumnos respecto a sus resultados educativos básicos radican en los propios centros escolares, independientemente del carácter del mismo (público, concertado o privado) o de la comunidad autónoma en la que se ubique.
De hecho, apenas hay diferencias entre los alumnos de comunidades autónomas con distintos niveles de desarrollo o riqueza, o entre las que usan una o dos lenguas oficiales, o entre las de uno y otro signo político.
Así se pone de relieve en el informe que analiza los resultados de la Evaluación General de Diagnóstico que realizaron el pasado año, por primera vez, 28.700 alumnos de cuarto de Educación Primaria, de acuerdo con lo establecido en la Ley Orgánica de Educación.
La secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, ha subrayado que los resultados de la prueba avalan la homogeneidad y la calidad del sistema educativo.
No hay «ranking» de comunidades
Almunia, quien ha comparecido en rueda de prensa para presentar los resultados del informe, ha insistido en que es imposible establecer un «ranking» de comunidades, y en que ése no es el objetivo de esta prueba de evaluación. Sí ha reconocido no obstante que un grupo de siete u ocho comunidades (La Rioja, Navarra, Castilla y León, Asturias, Cantabria, Aragón o Madrid) están por encima del promedio nacional.
Otro grupo de comunidades (las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, Baleares, Comunidad Valenciana y Canarias) están por debajo del promedio nacional en prácticamente todas las competencias que se han evaluado.
Las cuatro competencias básicas evaluadas son: competencia lingüística; matemáticas; conocimiento e interacción con el mundo físico; y competencia social y ciudadana.
Perfil de un alumno de diez años
El objetivo principal de la prueba de diagnóstico, según ha explicado Almunia, es conocer las competencias básicas de los niños de diez años españoles y hacer a partir de ahí una radiografía y un diagnóstico del sistema educativo español.
Así, el perfil de un alumno de diez años sería el de un niño que es buen ciudadano, concienciado con la sostenibilidad y la igualdad entre hombres y mujeres, que comprende lo que lee o que recibe más teoría que práctica y que de hecho encuentra dificultades para aplicar sus conocimientos.
Ese niño es además capaz de usar estrategias matemáticas para resolver problemas, de reconocer los derechos fundamentales o las características de una democracia, y conoce las consecuencias que la higiene y la alimentación tienen para la salud.
La evaluación realizada el pasado año incluye, además de datos sobre el rendimiento de 28.708 alumnos, las respuestas de 1.341 profesores, 25.741 familias y 874 equipos directivos de las diecisiete comunidades autónomas y de Ceuta y Melilla.